Expertos plantean acciones inmediatas de desfogue

Vulnerables, más de un millón por 77 presas al 100%

Atlas de riesgo ubica viviendas, escuelas y hospitales cercanos a embalses de 17 estados que se encuentran a su máxima capacidad; en Tula, otra inundación, ayer

El centro de Tequisquiapan, Querétaro, quedó inundado la semana pasada debido a los escurrimientos de la presa Centenario, que aún está a su máxima capacidad.
El centro de Tequisquiapan, Querétaro, quedó inundado la semana pasada debido a los escurrimientos de la presa Centenario, que aún está a su máxima capacidad.Foto: Cuartoscuro
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Más de un millón de personas, además de escuelas, viviendas y hospitales que están en las cercanías de 77 presas en el país con niveles máximos de agua, pueden estar en riesgo de acuerdo a una revisión del Atlas Nacional de Riesgos que hizo La Razón.

Los embalses que se encuentran a su máxima capacidad están en 77 municipios de 17 estados, aunque las entidades que más represas tienen en niveles máximos son Michoacán con 13; Jalisco 12; Zacatecas 10 y el Estado de México con siete. El total de la población en el perímetro de alguna de las presas con altos niveles, es de un millón 11 mil 325 con datos aproximados, también se localizan 328 mil 865 viviendas; mil 814 escuelas y 83 hospitales.

Al respecto, expertos en temas de gestión del agua advirtieron que de no contar con una buena administración del recurso en los embalses, así como desfogues controlados y coordinados con Protección Civil en los estados, el riesgo para las poblaciones que se encuentran en los márgenes puede ser alta por el peligro de una inundación.

Fabiola Sosa Rodríguez, investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) advirtió que sin un monitoreo efectivo de los niveles de las represas, se pueden presentar emergencias en poblados cercanos. “Se deben estar tomando medidas preventivas para determinados niveles; por ejemplo, cuando una presa llega a 80 por ciento de su capacidad ya deben estar abriendo compuertas para desfogar el agua”, explicó.

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.Gráfico: La Razón de México

La reubicación de familias que se localizan en zonas de riesgo o paso natural de los márgenes de agua es necesaria, porque muchos asentamientos irregulares llegaron sin una revisión previa del terreno, por ello en estos momentos, pueden tener algún peligro en caso de la crecida de un río. Además aseguró que no se deben impulsar proyectos inmobiliarios en esos lugares “porque desequilibran los ecosistemas naturales, y cuando pasa el agua por sus afluentes naturales, siempre van a afectar a la población”, precisó.

Hasta el último reporte de monitoreo de presas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Solís en Guanajuato y La Calera en Guerrero, son las que tienen los niveles más altos de agua, con 117 y 116 respectivamente. Incluso en lo que va de la temporada de lluvias la Gerencia de Protección a la Infraestructura y Atención de Emergencias (PIAE) dio apoyo a 27 mil personas afectadas por inundaciones en el Estado de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos y Tabasco desde el 3 de septiembre a la fecha.

Guadalupe Matías Ramírez, subdirectora de Riesgos por Inundación del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) aseveró que el nivel de los embalses puede cambiar de un momento a otro, por ello es tan importante la regulación en los niveles de agua. “Se van a empezar a abrir compuertas para que el agua vaya saliendo de manera controlada, ya que el objetivo es que no haya inundaciones, o todo lo que se encuentre aguas abajo”, aseveró.

Conocer el territorio y su geología es básico para saber las medidas preventivas que se pueden realizar en cada una de las localidades del país y acorde a los fenómenos que se presenten, por ello urgió la utilización de mayor tecnología y mapas, que ayuden a referenciar todo el territorio. “Debemos tener estos mapas que nos dicen a qué fenómenos naturales estamos expuestos, porque si los tenemos podemos realizar una mayor prevención”, destacó la experta del Cenapred.

Otro de los problemas en torno a las inundaciones, es que las zonas altas de la cuenca están deforestadas, hay cambios de suelo, y por ello cuando llegan las lluvias torrenciales no hay forma de retener el agua.

La medida para atacar este déficit ambiental es reforestar para recuperar esos suelos y que una parte del líquido se filtre y no llegue a zonas bajas. “La planeación es a través de los Atlas de Riesgos pero muchas personas ni siquiera lo conocen o lo saben utilizar, aunque si se analizan sería otra cosa”, estimó Guadalupe Matías Ramírez.

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.Gráfico: La Razón de México