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El Papa Benedicto XVI apareció en el balcón de Castel Gandolfo, donde la multitud comenzó a gritar su nombre. Era tantas las muestras de cariño que incluso debía esperar antes de poder hablarles.
Benedicto XVI saludó a los fieles por última vez desde el balcón de la residencia papal de descanso.
Mientras el helicóptero sobrevolaba encima, las campanas comenzaron a sonar con más fuerza que antes. La multitud en la plaza de Castel Gandolfo comenzó a cantar y a corear "Benedetto, Benedetto".
jcp