Foto: Facebook Nathan Verhelst
Bélgica.- Cuando el bisturí no logró reflejar la personalidad interna de Nathan Vershelt, antes conocido como Nancy, el dolor de no sentirse como “un hombre completo”, orilló a este transexual a tramitar un permiso al estado para darle fin a su sufrimiento y practicar la eutanasia.
El belga de 44 años afirmó no estar contento con el resultado de su reasignación sexual; la aplicación de testosterona no había generado cambios suficientes.
Nathan sentía que seguía siendo Nancy a pesar de los meses que llevaba aplicándose hormonas masculinas. “Mis pechos y mi pene no me convencen. No quiero ser un monstruo”.
El caso reabre el debate sobre la transexualidad, pero sobre todo el de la eutanasia, informa el diario ABC con base a un informe del diario The Telegraph.
Bélgica aprobó una ley de muerte asistida y las estadísticas demuestran una tendencia creciente; sólo en 2012 se produjeron más de mil 400 casos, 25% más que el año anterior.
Wim Distelmans, el facultativo que accedió a dejar morir a Vershelt, acreditó que el paciente se encontraba en un momento de “increíble padecimiento” y reunía las condiciones exigidas por la ley belga para practicarle la eutanasia.
