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Una feroz tormenta invernal dejó hasta el momento siete muertos, la mayoría en los alrededores de Búfalo, la segunda ciudad más importante de Nueva York, tras descargar hasta 1.82 metros de nieve y atrapar a residentes en sus casas y a automovilistas en las carreteras. El gobierno local declaró estado de emergencia y desplegó efectivos de la Guardia Nacional para ayudar a los habitantes.
Aunque la región está acostumbrada a tormentas de nieve, se considera que está es una de las peores en los tiempos recientes. “Es una situación muy grave, es una tormenta muy fuerte. Probablemente es la más fuerte que hayamos visto en 40 años”, expresó el alcalde de Búfalo, Byron Brown.
Una de las víctimas falleció en un accidente automovilístico y otras tres sufrieron paros cardíacos, dos de ellas cuando trataban de despejar las vías.
De las últimas dos víctimas se supo que uno de ellos, un hombre de 46 años, fue hallado al interior de su vehículo, y otro sufrió un paro cardíaco cuando operaba una máquina para limpiar la nieve.
Cinco de las víctimas murieron en el estado de Nueva York, una en New Hampshire y otra en Michigan.
Las bajas temperaturas provocaron que el pavimento se congelara por lo cual se vieron obligados a cerrar un tramo de 212 kilómetros de la principal autopista que cruza el estado de Nueva York.
Situaciones similares se vivieron en Nueva Hampshire, donde ocurrieron numerosos accidentes automovilísticos. En Michigan el Aeropuerto de Grand Rapids fue cerrado dos horas, y lo mismo ocurrió en Carolina del Norte e Indiana.
El clima gélido que envolvió a toda la Unión Americana suele presentarse en enero y no en noviembre. Los poderosos vientos y los caminos congelados causaron accidentes, cierre de escuelas y retrasos en trabajos municipales desde el centro del país hasta el sur, incluso donde las nevadas eran escasas o nulas.
Integrantes del equipo femenino de baloncesto de la universidad Niagara estaban entre quienes quedaron atrapados en la autopista interestatal.
Varadas desde la 1 de la mañana del martes, las integrantes de la escuadra publicaron fotos en Twitter de una pala mecánica que empezaba a retirar la nieve de la autopista.
“Fue como una pesadilla, pensé que nunca iba a acabar”, dijo Bryce Foreback, de Shicora, Pennsylvania, a la agencia The Associated Press, tras 20 horas de esperar ayuda. “No he dormido en 30 horas y sigo esperando salir de aquí”.
