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En el segundo día de su estancia en Bolivia, el papa Francisco pidió perdón por las ofensas y crímenes que la Iglesia católica cometió contra los pueblos indígenas durante la conquista de América.
Ante más de mil de líderes de movimientos populares e indígenas del continente reunidos en el país sudamericano, el primer Papa latinoamericano dijo que reconocía que en nombre de Dios se cometieron pecados graves contra los pueblos originarios.
“Y quiero decirles, quiero ser muy claro, como lo fue san Juan Pablo II: pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”, señaló ante los asistentes al acto, entre ellos el presidente indígena boliviano Evo Morales.
En su mensaje ante el II Encuentro de Movimientos Populares organizado por el Vaticano y el gobierno de Morales, el pontífice se dirigió a “creyentes y no creyentes” y les pidió recordar también a “tantos obispos, sacerdotes y laicos que predicaron y predican la buena noticia de Jesús con coraje y mansedumbre, respeto y en paz...muchas veces acompañando a los indígenas y a los movimientos sociales incluso hasta
el martirio”.
Francisco no es el primer Papa que pide perdón en este sentido.
Durante una visita a República Dominicana en 1992, año en que se recordaron 500 años del descubrimiento de América, Juan Pablo II pidió perdón a nombre de la Iglesia de manera muy sutil por los sufrimientos que sus antepasados padecieron.
“Como pastor de la iglesia les pido que perdonen a quienes los han ofendido; que perdonen a todos aquellos que durante estos 500 años han sido causa de dolor y sufrimiento para sus antepasados y para ustedes mismos”, aseveró entonces.
Asimismo, en el año 2001, Juan Pablo II se disculpó por los abusos de los misionarios contra los pueblos indígenas en Oceanía.
Como respuesta, líderes de comunidades indígenas agradecieron el gesto del Sumo Pontífice.
“Aceptamos las disculpas”, dijo a la agencia AP el dirigente de la etnia tacana, Adolfo Chávez.
“Qué más podíamos esperar de un hombre como el papa Francisco. Es hora de dar la vuelta la página, ir de la mano y empezar de nuevo”, añadió en la afueras del encuentro.
En el encuentro, el líder religioso también se pronunció por cambiar el modelo económico que sólo sigue una lógica de ganancias y excluye a muchos, además de que destruye a la naturaleza.
“Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de estructuras”, dijo.
Delegados de unas 40 organizaciones populares como los Sin techo de Brasil, el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), más conocidos como cartoneros de Argentina, el movimiento agrario de Paraguay entre otros participaron en
el encuentro.
Al finalizar su discurso, que fue interrumpido varias veces por sonoros aplausos, pidió a los líderes populares que recen por él “y si alguno no puede rezar les pido que me manden sus buenas ondas”.
Poco antes el presidente Evo Morales, primer presidente indígena del país, le dio gracias al pontífice “por sus mensajes y bendiciones, por primera vez siento que tengo un papa, el papa Francisco”, con quien, dijo, tiene “grandes coincidencias”.
El mayor jerarca de la Iglesia católica realiza en Bolivia la segunda parada de una gira por tres países de Sudamérica. Ya estuvo en Ecuador y el viernes partirá hacia Paraguay.
Crucifijo comunista sorprende al Vaticano
Durante el intercambio de regalos, el miércoles pasado, el presidente de Bolivia, Evo Morales entregó al papa un crucifjo en madera que simula el emblema martillo y la hoz, símbolo del comunismo.
Al respecto, ayer, El Vaticano intentó explicar el significado del “crucifijo comunista” que el presidente obsequió al papa y señaló que es un símbolo de diálogo y no una mezcla ofensiva de fe e ideología.
Morales dio al papa un tallado en madera con la hoz y el martillo en forma de cruz y el Cristo crucificado, en un encuentro el miércoles tras su arribo a Bolivia.
El Vaticano no esperaba el inusual regalo y mostró sorpresa.
Resulta que el crucifijo fue originalmente diseñado por el cura jesuita Luis Espinosa, asesinado en 1980 por presuntos paramilitares durante los meses que precedieron a un golpe militar.
Francisco se formó en la orden de los jesuitas y el miércoles hizo una parada en el sitio donde encontraron el cuerpo de Espinal.
El vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, dijo el jueves que el papa no tenía idea de que Espina hubiera diseñado ese crucifijo.
Lombardi dijo que compañeros sacerdotes de Espinal refirieron que lo diseño como un símbolo de diálogo y compromiso con la libertad de Bolivia durante una época de crisis.
