Emilia Grabarczyk, considerada la niña más pequeña del mundo, nació de seis meses, midió 20 centímetros y pesó alrededor de 227 gramos, motivo por lo cual pronosticaron que no sobreviviría.
Sin embargo, la pequeña alemana logró superar la crisis de su nacimiento y ahora con nueve meses de edad, Emilia Grabarczyk es cada día más fuerte.
El estado de salud de Emilia se debió a que los médicos tuvieron que adelantar el parto, ya que el feto no recibía la alimentación indispensable para su desarrollo, por lo que en algún momento fallecería en el útero de su madre.
Lukas y Sabine, sus padres, no dudaron en darle una oportunidad, por lo que aprobaron la opción que les presentaron los médicos de hacer que Emilia naciera prematuramente, a pesar de todos los riesgos que ello implicaba.

