Las autoridades norcoreanas comenzaron a constatar los primeros efectos de la peor sequía registrada en el país desde que comenzara a recopilar datos climatológicos, según advirtió la televisión oficial del régimen de Kim Jong-un, a través de un especial informativo.
De enero a mayo, el periodo de sequía registró sólo 54.4 milímetros de precipitaciones en promedio, es decir, apenas 42,3 por ciento de lluvia recibida en temporadas anteriores.
“Se espera que el promedio de precipitaciones en todo el país en el periodo de enero a mayo se registre como el más bajo desde que comenzó la observación del clima”, indicó la televisión estatal sin ofrecer más detalles.
La situación puede adquirir tintes catastróficos en un país donde 40 por ciento de la población, unos 10 millones de personas, están al borde de la hambruna, según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Ambas organizaciones emitieron un informe conjunto en el que se concluye que el año pasado Corea del Norte produjo la menor cantidad de alimentos de la que se tiene constancia desde 2008.
El Sistema de Distribución Pública —del que depende gran parte de la población—, se ha visto obligado a reducir las raciones al nivel más bajo jamás visto en esta época del año.
Existe la preocupación de que, en ausencia de asistencia externa, las raciones puedan reducirse aún más de junio a octubre, durante el pico del “periodo de hambruna” en Corea del Norte.
Como ya es habitual, Corea del Sur informó que formula planes para proporcionar ayuda alimentaria a su vecino del norte, para ayudar a aliviar la escasez de alimentos y mantener vivo el proceso de paz con Piongyang, actualmente estancado luego de fallidas negociaciones con el presidente de EU, Donald Trump.
De hecho, el presidente surcoreano, Moon Jae In, confirmó que el país seguirá adelante con los planes de ayuda, a pesar de la última demostración de fuerza de Corea del Norte, que lanzó varios misiles de corto alcance contra el mar del Este, en un ejercicio interpretado como una presión a Estados Unidos para que levante las sanciones a Pionyang.
Las autoridades surcoreanas abogan por separar las cuestiones políticas de la asistencia humanitaria a Corea del Norte y aspiran a una estrecha colaboración con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU en este terreno.
“Durante la reunión, los dos partes compartieron la opinión de que la asistencia humanitaria debería estar separada de la política”, indicó el ministro de Unificación de Corea del Sur, Kim Yeon-chul, a través de una nota de prensa tras la reunión con el director Ejecutivo del PMA, David Beasley.
La ministra de Asuntos Exteriores de la República de Corea, Kang Kyung-hwa, quien también participó en la reunión, subrayó que a Corea del Sur le “gustaría tener consultas detalladas con el PMA con respecto a la asistencia humanitaria”.
En la cumbre que sostuvo con el presidente ruso, Vladimir Putin, el líder norcoreano, Kim Jong-un aseguró que las sanciones estadounidenses son el principal factor del quiebre de la economía de su país, que deriva en una crisis humanitaria.
El Dato: La economía norcoreana está en manos del Partido del Trabajo, que tiene poder ilimitado sobre la planificación del desarrollo.
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