Reino Unido y Francia acusaron el viernes al presidente ruso Vladímir Putin de demorarse en las conversaciones de alto el fuego para detener la invasión de su país a Ucrania y exigieron una respuesta rápida de Moscú tras semanas de esfuerzos de Estados Unidos para asegurar una tregua.
Por otra parte, un ataque con drones rusos el jueves por la noche en Járkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, mató a cinco civiles y dramatizó la insistencia diplomática de lograr una tregua.
Los equipos de emergencia sacaron bolsas negras para cadáveres de un edificio de apartamentos en llamas mientras testigos lloraban y se abrazaban en la oscuridad. Algunos de los 32 heridos, ensangrentados y en estado de shock, salieron cojeando a la calle o fueron llevados en camillas mientras las llamas salían de las ventanas de sus hogares.
“Ahora, creo que es obvio quién quiere la paz y quién quiere la guerra”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, en una reunión de la OTAN en Bruselas, refiriéndose al ataque en Járkiv. “Debemos lograr que Rusia se tome en serio la paz. Debemos presionar a Rusia para que acepte la paz”.
Rusia rechazó una propuesta de Estados Unidos para una suspensión total e inmediata de 30 días en los combates después de que un funcionario del Kremlin dijo el lunes que Moscú considera los esfuerzos para poner fin a su guerra de tres años con Ucrania como “un proceso prolongado”.
“Nuestro juicio es que Putin sigue ofuscando, sigue demorándose”, expresó el canciller británico, David Lammy, a los periodistas en la sede de la OTAN, junto a su homólogo francés Jean-Noel Barrot, en una muestra simbólica de unidad.
En ese contexto, los aliados europeos de la OTAN y Canadá dijeron ayer que están dispuestos a aumentar el gasto en defensa, pero no están muy entusiasmados con las demandas de Estados Unidos sobre el tamaño de sus presupuestos militares, especialmente dada la disposición del presidente Donald Trump a acercarse al líder ruso, Vladímir Putin.