Una nueva serie de ataques con drones ucranianos desató el caos en los cielos de Moscú por tercer día consecutivo, ayer, lo cual provocó la cancelación de más de 100 vuelos de Aeroflot, aerolínea rusa y retrasos en otros 140. Las agresiones, según autoridades moscovitas, buscaban sabotear los preparativos del desfile del evento cívico más relevante del año.
El alcalde moscovita Sergei Sobyanin informó que las defensas aéreas interceptaron primero nueve drones durante la madrugada, y más tarde otros quince en la noche, que obligaron a cerrar temporalmente los aeropuertos. Mientras tanto, miles de pasajeros quedaron varados en medio del feriado ruso.
A la par, la ciudad de Kiev sufrió un ataque masivo con misiles y drones por parte de Rusia. Dos personas murieron en edificios residenciales de la capital ucraniana, y al menos ocho resultaron heridas, entre ellas cuatro menores. En la región de Donetsk, otras dos mujeres perdieron la vida tras un ataque aéreo.
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Las hostilidades se intensifican justo cuando dignatarios internacionales comienzan a llegar a Moscú. El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, arribaron, ayer, para asistir al desfile del 9 de mayo. A pesar de la presencia internacional, Ucrania ha reiterado que no puede garantizar la seguridad de los visitantes extranjeros en territorio ruso.
En este contexto, Rusia anunció un alto el fuego unilateral de 72 horas durante los festejos. Sin embargo, EU y Ucrania insisten en negociar una tregua más prolongada. Países bálticos como Lituania, Letonia y Estonia cerraron su espacio aéreo a vuelos oficiales con destino a Moscú por razones de seguridad.
Los ataques de Ucrania y Rusia, subrayan la escalada de tensiones a medida que Moscú muestra fortaleza.

