Las fuerzas armadas rusas capturaron cuatro aldeas en la región de Sumy, noreste de Ucrania, en lo que representa un nuevo avance militar de Moscú en el contexto de la guerra que ya suma más de tres años. El jefe de la administración militar regional de Sumy, Oleh Hryhorov, confirmó ayer que las localidades de Novenke, Basivka, Veselivka y Zhuravka fueron ocupadas. Según indicó, los residentes de estos poblados ya habían sido evacuados anteriormente, por lo que no existe una amenaza inmediata para los civiles.
Estas operaciones ocurren días después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenara la creación de una “zona de amortiguamiento de seguridad” a lo largo de la frontera. Aunque no ha brindado detalles sobre su extensión o localización específica, esta medida se suma a su visita reciente a la región de Kursk, desde donde reiteró la necesidad de reforzar los límites territoriales frente a las incursiones ucranianas.
- El Dato: La captura de aldeas en Sumy, la intensificación de los ataques con drones y las tensiones diplomáticas marcan una nueva etapa del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Las tropas rusas ha atacado en pequeños grupos, apoyados por drones y vehículos ligeros, lo que les permite expandir el radio de asalto en el noreste ucraniano. A pesar de los avances, Hryhorov aseguró que las fuerzas ucranianas “mantienen la situación bajo control”, con respuestas de fuego que han causado bajas significativas al enemigo.
El Ministerio de Defensa ruso también afirmó haber tomado la aldea de Bilovody, cercana a las cuatro localidades capturadas, lo que implica una consolidación progresiva de posiciones en la región de Sumy. Para Ucrania, la pérdida de control en esta zona representa un duro golpe estratégico, ya que anteriormente había sido usada como plataforma para avanzar hacia la región rusa de Kursk.
- 355 Drones fueron lanzados por Rusia sólo el domingo pasado
- 900 Drones fueron lanzados por Rusia contra Ucrania por 3 días
Escala bombardeos y drones. Entre el viernes y el domingo pasados, Rusia intensificó su ofensiva aérea con el lanzamiento de aproximadamente 900 drones contra ciudades y pueblos ucranianos. El domingo por la noche se registró el mayor ataque con drones desde el inicio de la guerra en 2022, con 355 unidades desplegadas.
Sin embargo, de lunes a martes la intensidad disminuyó notablemente, con el lanzamiento de 60 drones, según reportó la Fuerza Aérea de Ucrania. En contraste, Moscú aseguró haber derribado 99 drones ucranianos en siete regiones distintas, señaló que los ataques también afectan su territorio y obligan al cierre de infraestructuras críticas, como los aeropuertos de Moscú.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha advertido que Rusia prepara nuevas ofensivas no sólo en Sumy, sino también en las regiones de Járkiv y Zaporizhia. Señaló que el Kremlin busca estirar las defensas ucranianas abriendo múltiples frentes.
Zelenski también acusó a Putin de dilatar las conversaciones de paz, pese a los recientes encuentros entre delegaciones de ambos países en Turquía, los primeros en tres años. Aunque se logró un intercambio de prisioneros, no se registraron avances significativos en torno a un alto el fuego o a la resolución del conflicto.
- El Tip: Kiev, sus aliados europeos y EU han instado a Putin a aceptar un alto al fuego inmediato e incondicional de al menos 30 días.
Declaraciones cruzadas. Las crecientes tensiones militares han tenido eco en el plano diplomático. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, criticó duramente a Vladimir Putin, acusándolo de “jugar con fuego” tras los bombardeos masivos del fin de semana. En una publicación en Truth Social, el mandatario estadounidense afirmó que si no fuera por su liderazgo, Rusia ya habría enfrentado “cosas muy malas” y advirtió que el mandatario ruso “no entiende con quién está tratando”.
Estas declaraciones provocaron una reacción inmediata del Kremlin. El portavoz Dmitry Peskov calificó las palabras de Trump como “emocionales” y poco constructivas. Sin embargo, al día siguiente, adoptó un tono más conciliador, elogió los esfuerzos de paz estadounidenses y señaló que “la estrategia del presidente Trump es bastante equilibrada”.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso confirmó que se trabaja en un borrador de memorando que incluiría los principios de un posible acuerdo de paz, un calendario tentativo y los términos de un posible alto el fuego. La portavoz Maria Zakharova aseguró que, una vez concluido, el documento será presentado a Ucrania.
Putin también manifestó su disposición a colaborar en este memorando tras una llamada telefónica mantenida con Trump a principios de mes. No obstante, hasta ahora no hay señales claras de una desescalada.
Los ataques del fin de semana, sumados a las nuevas conquistas territoriales en Sumy, refuerzan la percepción de que Rusia apuesta por una solución militar mientras mantiene una vía diplomática ambigua. En respuesta, Zelenski reitera su llamado a los aliados occidentales para incrementar la presión sobre Moscú mediante sanciones más severas.
El conflicto se mantiene en una fase crítica, ya ha cobrado miles de vidas y ha dejado a millones de civiles desplazados. Mientras la comunidad internacional observa con cautela los movimientos rusos y la retórica cada vez más agresiva entre las potencias involucradas.
Así, a pesar de las esfuerzos diplomáticos y las advertencias, Ucrania y Rusia continuan en un estancamiento militar. La guerra, que ya supera los tres años, no muestra señales de resolverse pronto.