Tres personas murieron y al menos 64 resultaron heridas, incluidos nueve menores, tras un ataque ruso con drones sobre la ciudad de Jarkov, en el noreste de Ucrania, ayer. Así lo confirmaron autoridades locales, señalaron que 17 drones impactaron áreas residenciales en los distritos de Slobidskyi y Osnovianskyi, donde causaron incendios y daños severos a edificios, parques infantiles y transporte público.
En ese sentido, el alcalde Ihor Terekhov denunció los ataques como una agresión directa a la vida civil. “Esos son lugares comunes y corrientes de vida pacífica, aquellos que nunca deberían ser atacados”, expresó en Telegram. Equipos de rescate, bomberos y voluntarios trabajaron toda la noche para controlar los incendios y auxiliar a los afectados.
El presidente Volodimir Zelenski reiteró su llamado a la comunidad internacional a aumentar la presión sobre Moscú. “Cada día trae nuevos y viles ataques rusos. No debemos tener miedo ni posponer decisiones que puedan complicar la vida de Rusia”, declaró, instando a Estados Unidos y otros líderes globales a tomar medidas más firmes.

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Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia lanzó 85 drones durante la noche. De ellos, 40 fueron interceptados por los sistemas de defensa, mientras que otros nueve no impactaron objetivos.
Al sur del país, las regiones de Jerson y Mykolaiv también fueron blanco de ataques. En Jerson, una instalación energética fue alcanzada, dejando sin electricidad a miles de personas. El gobernador Oleksandr Prokudin pidió comprensión a la población ante los cortes prolongados. En Mykolaiv, se reportaron apagones temporales mientras se trabajaba en la restauración del suministro eléctrico.
Se anunció la repatriación de 1,212 cuerpos de soldados ucranianos fallecidos, como parte de un acuerdo alcanzado durante las negociaciones entre delegaciones de ambos países en Estambul. Los cuerpos provienen de varias regiones, incluyendo Jarkov, Donetsk y Zaporiyia.

