Acontrarreloj y con una mayoría republicana profundamente dividida, la Cámara de Representantes de Estados Unidos se alista para votar este miércoles el megaproyecto de ley de gastos e impuestos respaldado por el presidente Donald Trump, aprobado ayer por el Senado tras una maratónica sesión. El presidente de la Cámara, Mike Johnson, ha intensificado la presión sobre sus compañeros de bancada para cumplir el plazo autoimpuesto del 4 de julio, fecha simbólica que Trump ha elegido como límite para promulgar su ambiciosa agenda económica y migratoria.
Mientras los legisladores regresan a Washington en medio de cancelaciones de vuelos y tormentas, el ambiente en el Capitolio es de tensión creciente. La legislación, que abarca 887 páginas, contiene exenciones fiscales que beneficiarían en gran parte al 1% más rico, fuertes recortes a programas sociales como Medicaid y SNAP, y multimillonarios fondos para defensa, infraestructura migratoria y seguridad nacional. El paquete, además, añadiría 3.3 billones de dólares al déficit público en la próxima década, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).
El Senado aprobó el proyecto con una votación 51-50, gracias al desempate del vicepresidente JD Vance, tras una jornada de debates sin precedentes. Tres senadores republicanos, Tillis, Collins y Paul, se opusieron a la versión final del texto, alineándose con los demócratas. Una pieza clave para asegurar el apoyo fue la inclusión de dos enmiendas que beneficiaron a estados como Alaska: una asignación extra de ayuda alimentaria y una partida de 50 mil millones de dólares para hospitales rurales ante los recortes a Medicaid.

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- El Dato: Varios republicanos han advertido que se arriesga no sólo una derrota política, sino el colapso de la unidad interna, ya frágil por las tensiones ideológicas.
Sin embargo, la versión aprobada aún genera resistencias en la Cámara. El House Freedom Caucus, grupo de línea dura fiscal, ha manifestado su oposición a los niveles de endeudamiento propuestos. A su vez, representantes moderados y republicanos de estados con alta carga tributaria, como Nueva York y California, exigen ajustes para las deducciones fiscales estatales y locales.
Incluso figuras como Elon Musk, antes aliado de Trump, han arremetido contra el costo del paquete, advirtiendo que podría respaldar a opositores republicanos en las próximas elecciones intermedias. Mientras tanto, los demócratas, liderados por Hakeem Jeffries en la Cámara y Chuck Schumer en el Senado, han denunciado el proyecto como un ataque frontal al sistema de salud, los programas alimentarios y la estabilidad económica de las familias vulnerables.
- 930 mmdd de recorte del gasto en el programa de salud Medicaid
Uno de los puntos más controversiales del texto es el capítulo migratorio: incluye 46 mil millones para la continuación del muro entre México y EU, 45 mil millones para la expansión de centros de detención y fondos para contratar 10 mil nuevos agentes del ICE, además de 10 mil millones para que estados cooperen con deportaciones.

