La violencia armada volvió a estremecer a Colombia ayer tras dos atentados ocurridos casi de manera simultánea en diferentes puntos del país. En Cali, una explosión con carro bomba sacudió los alrededores de la base aérea Marco Fidel Suárez y dejó al menos seis personas muertas y más de 70 heridas. Horas antes, en el municipio de Amalfi, departamento de Antioquia, un helicóptero de la Policía Nacional fue derribado en medio de operaciones de erradicación de cultivos ilícitos, que provocó la muerte de 12 uniformados y dejó a otros tres heridos.
Ambos ataques fueron atribuidos a estructuras criminales ligadas a las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Al respecto, el presidente colombiano, Gustavo Petro, habló de una “reacción terrorista” y adelantó que pedirá reconocer a estas facciones y al Clan del Golfo como organizaciones terroristas, en un intento por endurecer la estrategia de seguridad en medio de la creciente ola de violencia.
- El Dato: En Antioquia operan disidentes de las FARC, que rechazaron un acuerdo de paz con el gobierno en 2016, y miembros del Clan del Golfo.

CERCA DE LA BASE AÉREA. La primera emergencia se registró en la carrera 8 de Cali, en inmediaciones de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez. Según la Alcaldía, un camión cargado con cilindros bomba explotó, y causó destrucción en viviendas y comercios aledaños. El estallido dejó seis personas muertas, todas civiles, y más de 70 heridos, de los cuales 10 tuvieron que ser trasladados a centros hospitalarios de la ciudad.
Por su parte, el alcalde de Cali, Alejandro Eder, calificó el hecho como un atentado narcoterrorista y ordenó la militarización de la ciudad. Asimismo, anunció una recompensa de 400 millones de pesos (al rededor de 90 mil dólares) para quienes brinden información que permita identificar a los responsables. La Gobernación del Valle del Cauca se sumó con otro ofrecimiento económico, duplicando la cifra.
- El Tip. El cultivo de hoja de coca está en aumento en Colombia. La superficie cultivada alcanzó un récord de 253 mil hectáreas en 2023.
La magnitud del ataque fue tal que uno de los cilindros cayó en la jardinera de una vivienda ubicada en el barrio Villa Colombia, colindante con la base aérea. Varios locales comerciales también resultaron afectados. La Policía tuvo que acordonar la zona ante el hallazgo de otro camión con cilindros sospechosos; sin embargo, tras un peritaje de los antiexplosivos, se descartó que representara peligro.
En tanto, la Fuerza Aeroespacial Colombiana condenó el atentado y lo calificó como un acto terrorista contra una instalación militar y contra la población civil que habita en su perímetro. Aunque ninguna organización se atribuyó de inmediato el ataque, Petro responsabilizó al frente Carlos Patiño, una estructura de las disidencias de las FARC con fuerte presencia en el departamento del Cauca.
- 6 civiles perdieron la vida al explotar un camión en Cali
- 12 policías murieron ayer en el atentado en Antioquia
HELICÓPTERO DERRIBADO. Asimismo, otro golpe de violencia sacudió al país. En el municipio de Amalfi, Antioquia, un helicóptero de la Policía Nacional fue atacado cuando transportaba personal para labores de erradicación de cultivos de coca. El hecho dejó 12 policías muertos. Petro había informado inicialmente de ocho policías muertos, pero el gobernador de Antioquia, Andrés Julián, indicó posteriormente que otros cuatro murieron y tres permanecen heridos.
El ministro de Defensa, Pedro Arnulfo Sánchez, aseguró que la acción fue perpetrada por el Frente 36, también disidente de las FARC, y descartó que el Clan del Golfo estuviera involucrado. Según los reportes preliminares, se habría utilizado un dron cargado con explosivos para derribar la aeronave, aunque la investigación continúa.
El mandatario colombiano lamentó la muerte de los uniformados y subrayó que la misión del helicóptero estaba enfocada en atacar las economías ilícitas de la región. “Los atentados son la prueba de la audacia de la criminalidad”, dijo el mandatario, mientras las Fuerzas Militares intensifican operaciones en la zona.

A su vez, el gobernador de Antioquia, criticó la falta de coordinación del Gobierno nacional y advirtió que en la región operan tanto las disidencias de las FARC como el Clan del Golfo. Señaló que desde su administración siempre se tuvo claridad sobre la autoría del Frente 36 bajo el mando de alias Calarcá, presunto líder de la facción armada.
Tras los dos atentados, el presidente Petro viajó a Cali para liderar un consejo de seguridad. Desde allí, anunció que pedirá al mundo considerar al Clan del Golfo, al Estado Mayor Central y a la Segunda Marquetalia como organizaciones terroristas. Según el mandatario, estas facciones representan la “junta del narcotráfico”, con conexiones internacionales que van más allá de las fronteras colombianas.
“La comunidad internacional debe reconocer que lo ocurrido en Cali y Amalfi no son combates aislados, sino actos terroristas contra el Estado y contra la población civil”, afirmó Petro. Asimismo, recordó que hace apenas un año la ciudad de Cali fue sede de la COP16, una cumbre climática que estuvo bajo amenaza de ataques similares por parte de las disidencias.
Petro sostuvo que la “nueva expresión del terrorismo” en Colombia no responde a motivaciones políticas, sino al control del narcotráfico, que es la principal fuente de financiación de estos grupos. Reiteró su compromiso con combatir a las facciones que, bajo nombres distintos, se disputan territorios estratégicos.
