La estrategia de Estados Unidos para intensificar el combate contra los cárteles latinoamericanos adquirió una nueva dimensión con la orden de ayer de enviar barcos adicionales al sur del Caribe. El despliegue, impulsado por el presidente Donald Trump, incluye el arribo del crucero de misiles guiados USS Lake Erie y del submarino de ataque rápido USS Newport News, que se unirán en los próximos días a un escuadrón anfibio ya posicionado en la región. Según fuentes consultadas por Reuters, las operaciones buscan contener a las “organizaciones narcoterroristas” que Washington considera una amenaza directa a su seguridad nacional.
La semana pasada, la Casa Blanca dispuso que el USS San Antonio, el USS Iwo Jima y el USS Fort Lauderdale llegaran a las costas de Venezuela, transportando a cuatro mil 500 efectivos, de los cuales dos mil 200 son infantes de marina. La orden se enmarca en una política más amplia para frenar la migración irregular y reforzar la frontera sur de Estados Unidos, donde Trump ha vinculado directamente el tráfico de drogas con el incremento de la violencia en su territorio.
- El Dato: Lo que en apariencia es un operativo contra redes criminales es interpretado en Caracas y en algunos gobiernos latinoamericanos como un despliegue de poder geopolítico.
Por su parte, Francia comunicó que reforzará su presencia marítima en Guadalupe y Martinica, territorios de ultramar utilizados como rutas de tránsito hacia Europa por las redes del narcotráfico. En ese sentido, el ministro de los Territorios de Ultramar, Manuel Valls, explicó que la decisión responde a una estrategia de cooperación internacional y a la necesidad de proteger la seguridad local frente al crimen organizado.
Este alineamiento internacional eleva la presión sobre Caracas, donde se interpreta el despliegue militar como un intento de asfixiar políticamente al gobierno de Nicolás Maduro. Las tensiones no sólo se concentran entre Venezuela y Estados Unidos, sino que también involucran a varias capitales europeas, que han manifestado su preocupación por el alcance del Cartel de los Soles, señalado por Washington como brazo criminal bajo control de la administración venezolana.
- 4,500 militares transportan los buques estadounidenses
En reacción a estas maniobras, Maduro ordenó el fin de semana el despliegue de 4.5 millones de milicianos, presentó la medida como una defensa frente a lo que considera una agresión extranjera. Caracas acusa a Estados Unidos de utilizar la lucha contra el narcotráfico como pretexto para desestabilizar su gobierno.
Mientras tanto, algunos países de la región han adoptado posiciones claras frente a la operación naval. Trinidad y Tobago expresó el domingo su respaldo a la estrategia estadounidense, llegó incluso a ofrecer sus aguas territoriales y apoyo logístico en caso de que Washing-ton lo solicite para defender a Guyana. Por otro lado, Ecuador y Paraguay advierten sobre el alcance transnacional del Cartel de los Soles, al que señalan como pieza central en el tráfico de drogas y lavado de dinero en Sudamérica.
La ofensiva de Trump se sustenta también en la clasificación, realizada en febrero pasado, de varios grupos criminales como organizaciones terroristas internacionales. Entre ellos destacan los cárteles más poderosos de México, el Cártel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, del Noreste, Nueva Familia Michoacana, del Golfo y la Mara Salvatrucha de El Salvador, además de organizaciones venezolanas como el Tren de Aragua y el propio Cartel de los Soles. Esta lista marca un endurecimiento en la política estadounidense y amplía el rango de acción militar y judicial contra dichos grupos.