Medvedev alerta sobre riesgo nuclear

Europa carece de fuerza ante Rusia, advierte

Donald Trump evalúa misiles Tomahawk para Ucrania; Volodimir Zelenski propone escudo conjunto de defensa aérea; Vladimir Putin dice que llevan a cabo una “batalla justa” en Kiev

Rusia atacó con drones y misiles edificios residenciales en Kiev, el 28 de septiembre. Foto›Reuters

El expresidente ruso y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev, advirtió ayer que los países europeos “no pueden permitirse una guerra” con Moscú y que un eventual conflicto conllevaría un “riesgo muy real” de recurrir a armas de destrucción masiva. Sus declaraciones, difundidas a través de Telegram, se producen en medio del aumento de tensiones por la invasión de Ucrania y las recientes denuncias de incursiones rusas en el espacio aéreo de naciones de la OTAN, acusaciones que el Kremlin rechaza como infundadas.

Medvedev sostuvo que “Rusia, en principio, no necesita una guerra con nadie, incluida la frígida y vieja Europa”, y aseguró que dicho escenario sería contrario a los intereses de Moscú. Criticó duramente la situación del continente al afirmar que su economía “es débil y dependiente de Estados Unidos” y que su cultura atraviesa un proceso de deterioro que, en sus palabras, lo lleva a “perder su identidad entre migrantes agresivos”.

  • El Dato: Moscú avanza a lo largo de la línea del frente, cruzando las zonas oriental y meridional de Ucrania, anunciando la captura de nuevas aldeas casi a diario.

El dirigente señaló que la prioridad de Rusia es “desarrollar sus territorios, incluida la restauración de las tierras recuperadas”, en alusión a las zonas ocupadas en Ucrania. Añadió que Europa tampoco está en condiciones de tener un enfrentamiento militar porque “sus países son vulnerables y no están unidos”, limitados a perseguir sus propios intereses en medio del caos económico.

Medvedev calificó a los líderes europeos de “degenerados insignificantes” sin capacidad de asumir decisiones de peso ni visión estratégica, y remarcó que si el riesgo de un choque bélico persiste es por la posibilidad de “un accidente fatal”. En esa línea, advirtió que “un conflicto así tiene el riesgo muy real de derivar en una guerra en la que se usen armas de destrucción masiva, por lo que debemos permanecer vigilantes”. Asimismo, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo ayer que las fuerzas rusas están prevaleciendo en lo que llamó una “batalla justa” en Ucrania. “Nuestros combatientes y comandantes pasan al ataque, y todo el país, toda Rusia, está librando esta batalla justa y trabajando duro”, dijo Putin en un video publicado en el sitio web del Kremlin.

  • 175 km2 de tierras ucranianas dijo Rusia que recuperó ayer

Mientras tanto, Keith Kellogg, enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump para Ucrania, confirmó que el magnate ha dado su aval a los ataques de largo alcance lanzados por Kiev en territorio ruso, aunque no siempre con autorización formal de Washington. Kellogg defendió la estrategia al sostener que “no existen santuarios” y que Ucrania “tiene la oportunidad de desafiar a Rusia de manera mucho más agresiva” si dispone del armamento adecuado.

En tanto, el líder ucraniano, Volodimir Zelenski, solicitó a la Casa Blanca el suministro de misiles de crucero Tomahawk, con alcance suficiente para llegar a Moscú, aunque la decisión final aún depende de Trump. El Kremlin consideró “muy grave” la posibilidad de que Ucrania acceda a este arsenal y señaló que evaluará cuidadosamente quién define los objetivos y bajo qué condiciones se lanzarían, dejó abierta la respuesta de Moscú.

A su vez, Dimitri Peskov, portavoz del presidente Vladimir Putin, restó valor estratégico a los misiles al señalar que “no hay arma mágica, ni Tomahawks, ni misiles, que puedan cambiar la dinámica en el frente”. Aun así, advirtió que Rusia se reserva el derecho de atacar instalaciones militares en países que permitan el uso de este armamento desde su territorio.

Mientras tanto, Ucrania intensificó sus ataques contra objetivos rusos. Ayer informó del bombardeo a una planta de producción militar en la región de Briansk. Zelenski planteó a Polonia y a sus aliados europeos la creación de un escudo conjunto de defensa aérea, alegó su experiencia en la lucha contra drones rusos.