El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó ayer que su país necesita Groenlandia por razones de “seguridad nacional” y acusó a Dinamarca de no invertir en ese territorio autónomo. Las declaraciones fueron hechas en una rueda de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, un día después de nombrar al gobernador de Luisiana, Jeff Landry, como enviado especial para los asuntos relacionados con la isla.
El magnate reiteró que Groenlandia es clave para la protección de Estados Unidos y sostuvo que Copenhague “no invierte nada” en el territorio y “no tiene ejército”. Sus palabras provocaron un rechazo inmediato tanto del Gobierno danés como de las autoridades groenlandesas, que subrayaron que la isla no está a la venta y exigieron respeto a su soberanía.
El ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, calificó el nombramiento del enviado especial como “totalmente inaceptable” y dijo sentirse “profundamente disgustado” por las declaraciones asociadas a esa designación. En respuesta, anunció la convocatoria del embajador estadounidense en Copenhague para exigir explicaciones y reiteró que Washington debe respetar las fronteras danesas.
Desde Groenlandia, el primer ministro Jens-Frederik Nielsen adoptó un tono firme al asegurar que el anuncio del republicano “no cambia nada” y que el futuro del territorio lo deciden sus propios habitantes.

