Dreamers ganan batalla; Trump usa derrota para azuzar a sus votantes

La semana que termina ha sido nombrada en Estados Unidos como “la semana de los derechos civiles”, después de que la Corte Suprema, pese a la mayoría conservadora, falló, primero, a favor de la comunidad LGBT y de las ciudades santuario, y más recientemente, ayer, para evitar que los dreamers, hijos de migrantes llevados en la infancia al país sean deportados.

Sin embargo, la triple victoria de derechos es también una triple derrota para el presidente Trump, quien desde que inició su gobierno lucha para restar beneficio a las comunidades migrantes. De ahí que apeló a su base ultraderechista para defenderse de las decisiones judiciales.

“Estas decisiones horribles y políticamente cargadas que salen de la Corte son explosiones de escopeta en la cara de personas orgullosas de llamarse republicanos o conservadores. Necesitamos más jueces o perderemos nuestra Segunda Enmienda y todo lo demás. ¡Vota Trump 2020!”, tuiteó, en un grito desesperado a un cierre de filas con su causa.

A menudo Trump comparte su confianza en que la Corte, de tendencia conservadora, protegerá su política antiinmigrante contra las decisiones adversas de tribunales inferiores; sin embargo, uno de ellos, John Roberts, quien preside a los magistrados estadounidenses, sorprendió al unirse a los juzgadores más liberales; así sucedió ayer con el fallo que protege a unos 650 mil dreamers.

Sorprendido y enojado por el resultado, el presidente advirtió a sus votantes que las decisiones de la Corte esta semana mostraron por qué se necesita transformar aún más al Tribunal Supremo.

“Necesitamos más jueces (conservadores) o perderemos”, por lo que prometió publicar en septiembre próximo una lista de posibles nominados a la Corte, que impulsará si resulta reelegido en noviembre.

La decisión de los jueces para ir en contra de Trump sobre los dreamers fue técnica: el gobierno no dio una justificación legal adecuada para poner fin al programa implementado por el presidente Barack Obama hace ocho años.

“Desde 2012, los beneficiarios de DACA se embarcaron en carreras, comenzaron negocios, compraron casas, se casaron y tuvieron hijos, todos confiando” en el DACA, escribió el juez Roberts. “Las consecuencias de eliminar este programa, irradiarán hacia afuera, a las familias de los receptores, incluidos sus 200 mil niños ciudadanos estadounidenses, a las escuelas donde los beneficiarios estudian y enseñan, y a los empleadores que han invertido tiempo y dinero en entrenarlos”, agregó en la resolución.

“Además, excluir a los beneficiarios del DACA de la fuerza laboral legal puede, nos dicen, dar como resultado la pérdida de 215 mil millones de dólares en actividad económica y los 60 mil millones asociados en ingresos por impuestos federales en los próximos diez años”, continuó el presidente de la Corte Suprema.

De acuerdo con un estudio del gobierno, más de 90 por ciento de los beneficiarios del DACA cuenta con un trabajo y 45 por ciento estudia en alguna universidad.

De manera reciente, varios grupos defensores de los derechos civiles informaron a la Corte Suprema que casi 30 mil dreamers trabajan en la industria del cuidado de la salud y su desempeño ha sido necesario para combatir la pandemia de coronavirus actual.

De los aproximadamente 650 mil dreamers registrados en Estados Unidos, unos 548 mil son mexicanos; es decir, más de 80 por ciento de los beneficiarios.

Los tres países siguientes también son latinoamericanos: El Salvador, Guatemala y Honduras, que cuentan con más de 10 mil nacionales juntos bajo el amparo de este programa.

La lista, no obstante, también incluye a un número sustancial de ciudadanos asiáticos, comenzando con los llegados de Corea del Sur (7 mil 310), Filipinas (3 mil 880) o India (2 mil 640). En total, disfrutan de los beneficios jóvenes de unas 150 nacionalidades, de acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos.