Alerta OMS de programas limitados

Piden reasignar gasto en salud mental y dar más a prevención

Advierten que no se invierte lo suficiente para garantizar una atención integral; admiten que al priorizar fondos a hospitales psiquiátricos se relega el diagnóstico; señalan que la consulta en la materia se redujo con la pandemia

Personal médico brinda atención a pacientes en tratamiento de desintoxicación.
Personal médico brinda atención a pacientes en tratamiento de desintoxicación.Foto: Especial
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Aunque creció la investigación en salud mental en los últimos años y hasta cayeron los suicidios a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en duda la eficacia de los programas para combatir el problema al advertir que sólo 39 por ciento de naciones tiene recursos suficientes en la materia.

En su Atlas de Salud Mental 2020, consideró que los avances son dudosos, pues no hay suficiente respaldo económico para atender a la población, especialmente en un escenario complejo en el que suman más pacientes con diagnóstico mental y un retraso en la atención debido a la pandemia de Covid, que afectó la concurrencia y calidad.

De acuerdo con este informe, la mayoría de las naciones, hasta 90 por ciento, destina menos de 20 por ciento del gasto a la prevención, desbalanceando la estrategia mundial, pues revela una desatención al no considerarlo prioritario.

En contraste, hasta 41 por ciento dedica más de la mitad de fondos a hospitales psiquiátricos; es decir, se aboca a tratamientos entre personas con cuadros mentales desarrollados o condiciones específicas como psicosis, bipolaridad y depresión, así como trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias, lo que evidencia mayor actuación después del diagnóstico que antes de éste.

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.Gráfico: La Razón de México

También se indica que del gasto total 70 por ciento que se asigna a hospitales psiquiátricos corresponde a naciones con ingresos bajos, mientras que el restante es en zonas de altos recursos.

Por lo anterior, el organismo instó a los gobiernos a redistribuir los recursos para no dejar a las sombras a pacientes con ansiedad, estrés, depresión y sentimientos de angustia, males que más crecimiento registraron ante la pandemia.

Y puntualizó que es necesario reducir la inversión en centros hospitalarios —desde salarios de personal altamente capacitado y medicamentos— y elevarlo en temas de prevención, atención médica y atención primaria, a lo que más de 60 por ciento de naciones le otorgan apenas la quinta parte de fondos, esto como parte de la descentralización del enfoque de atención de hospitales de larga estancia.

Incluso el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, exhortó a “acelerar drásticamente el aumento de la inversión en salud mental” para ampliar los esfuerzos en políticas mentales, leyes, programas y servicios y alcanzar un objetivo de hasta 80 por ciento de gobiernos con un sistema integral para 2030.

Además, se detalla que en la mayoría de las naciones la atención es parte de la cobertura universal, pero se encuentra por debajo del promedio mundial África.

En torno a las estrategias, el organismo señaló que sólo 21 por ciento de regiones que colaboran con la OMS cumple con la implementación de medidas para garantizar la atención en salud mental.

Y de los criterios que considera primordiales para una gestión integral, como son pautas de atención primaria, intervenciones farmacológicas, tratamiento psicosocial, trabajadores capacitados y especialistas involucrados en la supervisión y capacitación, sólo 15 por ciento de los 160 países evaluados cumple con estos puntos para combatir la estigmatización y mejorar las políticas.

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.Gráfico: La Razón de México

En tanto, 13 por ciento sólo acata cuatro de éstos; 36 por ciento da seguimiento a tres y cinco por ciento de las naciones no cumple con ninguno.

Además, al evaluar los puntos por separado, se reportó que la capacitación del personal es la prioridad mundial con 88 por ciento de regiones que lo cumplen, seguido del involucramiento de médicos (81%), guías de integración (74%), tratamiento (39%) y consultas (21%).

De los puntos positivos del Atlas resaltan la caída en suicidios y mayor apertura en la materia; en el primer caso se detalla que en dos trienios pasó de 10 eventos por cada 100 mil habitantes en 2013 a nueve para 2019; sin embargo, reconoce que la incidencia podría cambiar a cauda de la pandemia.

Mientras que en temas de investigación, aunque el ritmo fue más lento, hubo 12 por ciento más estudios sobre tratamientos y políticas; del total de artículos publicados el porcentaje más alto fue en Europa y el más baja en África.

El informe de la OMS deja en claro “enormes desigualdades en la disponibilidad de recursos”, lo que quedó en evidencia con el acceso a vacunas, pues mientras naciones ricas están muy cerca de completar la vacunación de grupos elegibles, algunos reportan menos de 10 por ciento de habitantes inoculados.

Muchas de las naciones con poca participación en la prevención en la materia son las mismas que reportan los más bajos niveles de inmunidad, de acuerdo con el registro de Our World In Data.