'El soplo del diablo', el modus operandi detrás de robos violentos a turistas

Imagina que después de mucho tiempo, entre ahorro y tiempos, logras realizar el viaje que tanto estabas esperando. Tu destino: Medellín, Colombia. Vas solo y quieres conocer, divertirte y quién sabe, igual hasta relacionarte con alguien ya sea de manera amistosa o más allá. Descargas Tinder y comienzas a hacer match con gente allá. 

En una de las citas que programas, te conoces con una mujer, quien te da a probar un poco de sopa o de una bebida que nunca sirvieron frente a ti. Tras consumir esa cucharada o ese sorbo no sabes nada más hasta que despiertas en el hospital, quizá golpeado, sin dinero, sin teléfono celular. 

Esta ola de robos violentos se está presentando bajo un modus operandi conocido como "El soplo del diablo" en contra de muchos turistas en Medellín, Colombia y tal como lo reporta The New York Times, la mayoría de estos delitos son cometidos en contra de turistas estadounidenses.

¿Qué es 'El soplo del diablo' y cómo se opera con él?

"El soplo del diablo" es una mezcla de sedantes potencialmente mortales, utilizado para "atolondrar" a la víctima y dejarla a merced del crimen organizado. Al consumirla en una dosis específica, el consumidor es sedado para poder robarle sus pertenencias, aunque en Medellín también se utiliza otra dosis para mantenerlos despiertos, pero abiertos a sugerencias como entregar la cartera, el NIP de las tarjetas de crédito o revelar contraseñas. 

El modus operandi es muy similar al que se realiza en México bajo el nombre de "Goteras", llevado a cabo por mujeres que usan gotas oftálmicas para sedar a sus víctimas y robarles, en ocasiones, con lujo de violencia. En común se tiene a la escopolamina, cuyo nombre coloquial se conoce como "El soplo del diablo". 

En Estados Unidos, la cosa fue todavía más lejos, pues la Embajada de ese país en Colombia, emitió una alerta de seguridad que describe a esta sustancia como "inodora, insípida y que bloquea la memoria, utilizada para incapacitar y robar a víctimas incautas", además de advertir sobre el uso de aplicaciones de citas en Colombia o de ir a bares o centros nocturnos en aquel país. 

El caso de Steven Valdez

A través de medios como The New York Times, se reveló la historia de Steven Valdez, un bloguero de viajes que decidió abrir Tinder durante su estancia en Medellín para conseguir una pareja de baile para su clases de bachata. Luego de la cita con una mujer de nombre "Luisa", el bloguero despertó solo en su Airbnb, sin poder levantarse y creyendo que tenía rota la pierna derecha. 

En su sangre, ya en el hospital, le informaron que se encontró no sólo escopolamina sino también clonazepam, además de revelarle los médicos que sus captores lo golpearon, probablemente, porque se resistió a que lo robaran. Tanto sus teléfonos, como su computadora, su cartera y 7 mil dólares, desaparecieron de su lugar de alojamiento. 

El caso de Paul Nguyen fue uno que terminó en violencia y muerte, pues el estadounidense de 27 años, fue drogado por una cita de Tinder en Medellín a finales del año 2022, y su cuerpo fue encontrado cerca de un contenedor de basura, con restos de clonazepam que al ser combinados con el alcohol, le produjeron la muerte. Sus captores están detenidos, pues Nguyen publicó en su cuenta de Snapchat la fotografía de su cita antes de desaparecer. 

También los agresores de Valdez fueron detenidos, luego que intentaran comprar artículos electrónicos con una de sus tarjetas de crédito. Las autoridades indican que es necesario que cualquier turista se cuide en cualquier parte del mundo y que, en caso de beber, consuman lo que les sirven en la misma mesa. 

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