Invasor no distingue entre civiles y combatientes, reclama

Rusia asesinó a cientos al usar armas prohibidas, denuncia AI

La organización recaba pruebas de que lanzó bombas de racimo y municiones con fragmentos metálicos en Járkov; detalla que agresor sabía que con éstas causaría más daño; víctimas estaban en parques, cementerios...

Un soldado ruso se pasea entre inmuebles dañados como la planta de Azovstal, ayer.
Un soldado ruso se pasea entre inmuebles dañados como la planta de Azovstal, ayer.Foto: AP
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Las tropas rusas usaron armas prohibidas para alcanzar sus objetivos en Ucrania y matar a cientos de civiles, como mujeres y niños, con bombas de racimo, reveló Amnistía Internacional (AI), mientras la justicia de Volodimir Zelenski reporta 12 mil civiles fallecidos desde la invasión.

En el día 110 de la guerra, la organización expuso el informe “Cualquiera puede morir en cualquier momento”, que recaba evidencia sobre el lanzamiento de municiones 9N210 y 9N235, previstas para causar el mayor daño posible, pues contienen fragmentos metálicos.

Según las investigaciones realizadas entre abril y mayo pasado, se identificó que los invasores sabían del daño que provocarían, pues esas herramientas están prohibidas por estatutos internacionales, ya que equivalen a ataques directos, especialmente cuando se dirigen contra poblaciones civiles. Incluso AI concluyó que en ningún momento Rusia intentó minimizar el impacto, pues no ha respetado normas de guerra y no distingue entre civiles y combatientes.

Se explicó que desde el 24 de febrero los invasores desplegaron una estrategia de “bombardeos indiscriminados” que constituyen crímenes de guerra. Y tan sólo en la zona identificaron 41 ataques de racimo en vecindarios, pese a que el ejército de Vladimir Putin justifica que su objetivo eran zonas militares. Y recordó que en un conflicto de este tipo están obligados a ser precavidos cuando existe la sospecha de que hay inocentes cerca.

Sin embargo, AI detalló que no existen garantías de que los del Kremlin intentaran proteger a la población, pues sus cohetes contenían municiones de racimo y fragmentos que provocaron agujeros de hasta 700 metros cuadrados en el suelo, los cuales lanzaron por igual en calles, parques infantiles, cementerios y hasta refugios o zonas donde hacían fila por ayuda humanitaria.

Al respecto, Viktor Kovalenko, residente de Járkov, reconoció que desde febrero pasado la vida en Ucrania “es como la ruleta rusa (…) un día no sabes si vivirás o morirás”, luego de mudarse con su hija, pues perdió su casa en un ataque aéreo.

La confirmación sobre el uso de armas prohibidas fue corroborada con personal médico que atendió a las víctimas. A éstas les extrajeron perdigones metálicos en el hospital, pues tenían fragmentos de metralla y artillería en espalda, abdomen o extremidades, lo que causó la

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amputación de esas últimas o la muerte de quienes minutos antes estaban en zonas ahora destruidas, que ya no son habitables, lo que no deja otra opción que refugiarse en sótanos de escuelas y el Metro, sitios que también han sido bombardeados, según el gobierno ucraniano, pues sus fuerzas han hallado cuerpos ahí.

Entre los fragmentos que caen por todos lados, los sobrevivientes despiertan entre el terror de no saber qué pasó, mientras sus familiares y vecinos yacen muertos a sólo unos minutos de platicar o saludarlos afuera de sus casas, lo que les genera culpa por no hacer más por ellos. Entre el shock, algunos se vieron obligados a resguardarse, a arrastrar a sobrevivientes o hacer torniquetes improvisados, que ahora requieren tratamiento largo, pues perdieron movilidad o requieren injertos de piel.

La organización recopiló los testimonios de víctimas como el caso de un hombre que recordó que al escuchar la explosión sólo jaló a su hija y la protegió entre un árbol y él, para cuando pasó el ataque y quiso buscar a su esposa, la mujer estaba tendida en el suelo sobre un charco de sangre, ante lo que su hija sólo atinó a decir “vamos a casa; mamá está muerta y la gente está muerta”, en total shock. No obstante, la mujer sobrevivió y aunque tenía la esperanza de que se recuperara tras varias semanas hospitalizada murió el pasado 11 de junio.

Ante el cúmulo de evidencia de daño “indiscriminado”, Amnistía sostuvo que los agresores deben rendir cuentas por crímenes de guerra e infringir reglas de conflictos armados, por ello, urgió que los señalados sean sometidos a “procesos judiciales independientes, imparciales y justos”, como lo tipifica el Código Penal Internacional. También exhortó a las filas del Kremlin a detener de inmediato el uso de municiones de racimo y minas dispensables así como cesar de inmediato los ataques contra civiles.

Esto mientras los combates persisten en la región, donde el punto más intenso es la planta química de Azot en Severodonetsk, donde la resistencia protege a unos 500 civiles.

DECLINA OTRO MANDATO

 La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, descartó presentarse a un nuevo periodo en el cargo, por lo que le quedan sólo tres meses en éste.

La exmandataria chilena sostuvo en la 50 sesión del Consejo que fue la última que encabeza, pues a partir de septiembre dejará el puesto en el que António Guterres, jefe del organismo, buscaba que se quedara para evitar nombrar a otro comisionado, en medio de la guerra.

Sin explicar a detalle sus motivos, abrió la puerta a un perfil más joven al asegurar que tras años de carrera sólo desea volver a su natal Chile.

  • El dato: El instituto Internacional de Estudios para la Paz advirtió que existe un riesgo nuclear al señalar que las potencias mundiales buscan reforzar su arsenal en la materia.