Ante la decisión del presidente Donald Trump de incrementar a 50 por ciento los aranceles para las importaciones de acero, aluminio y sus derivados, y que entrarán en vigor este 4 de junio, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, consideró que estas tarifas no podrán sostenerse, y originarán “efectos negativos”.
El funcionario federal aseguró que viajará el próximo viernes a Washington D.C para reunirse con su contraparte estadounidense y presentará los argumentos necesarios para que México sea excluido del cobro de gravámenes, como sucedió con Gran Bretaña, porque la medida es injusta, especialmente porque Estados Unidos es superavitario en esas mercancías.
“No tiene sentido”, dice Ebrard sobre aranceles al acero y aluminio
“Veo difícil que esto se pueda sostener, entonces es injusto, insostenible y presentaremos el viernes los argumentos para que México sea excluido de esa medida. Porque no tiene sentido… Lo veo injusto porque con México tiene superávit Estados Unidos. No tiene sentido poner un arancel a un producto en el que tú tienes superávit”, abundó.
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Trump eleva aranceles para beneficiar a la industria de EU
El viernes pasado, el mandatario estadounidense aseguró ante personas trabajadoras del acero que incrementaría los aranceles a las importaciones de estas mercancías para proteger la industria de su país, y más tarde publicó en Truth Social que también se contemplaría el incremento en los productos de aluminio.
El anuncio del aumento de la tarifa arancelaria se dio, apenas dos días después, de que el Tribunal de Comercio Internacional aseguró que el mandatario de Estados Unidos se había excedido al invocar la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) de 1977 para imponer gravámenes, y los bloqueó; no obstante, tras la sentencia, la Casa Blanca apeló y un tribunal de apelaciones suspendió temporalmente la orden del Tribunal de Comercio.
Los aranceles de 25 por ciento al acero, aluminio y sus derivados entraron en vigor en marzo, en ese mes, Trump eliminó las exenciones sobre el acero y aumentó los gravámenes al aluminio con respecto a las medidas que había en 2018.
Donald Trump aseguró que los impuestos de 25 por ciento que impuso en marzo al acero y aluminio dieron “cierto apoyo de precios en el mercado estadounidense”, pero todavía no han ayudado a que las industrias estadounidenses “alcancen y mantengan tasas de utilización de capacidad productivas” que permitan la sostenibilidad en el largo plazo y las necesidades de defensa nacional que el país ha proyectado.
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