Así ayuda la tecnología

Arqueología Maya: ¿Por qué en 2025 sigue habiendo descubrimientos increíbles?

En 2024, se descubrió una ciudad maya oculta en Campeche y una máscara de jade en Guatemala; nuevas tecnologías como el lidar e IA están revolucionando la arqueología

Avances tecnológicos revelan secretos mayas: ciudades ocultas, máscaras de jade y lectura de pergaminos antiguos con IA revolucionan la arqueología del siglo XXI.
Avances tecnológicos revelan secretos mayas: ciudades ocultas, máscaras de jade y lectura de pergaminos antiguos con IA revolucionan la arqueología del siglo XXI. Foto: Pexels

Una civilización mesoamericana se extendió por lo que hoy es México, Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica y Nicaragua. Tuvo su propia escritura jeroglífica y su calendario, mientras que en su sociedad, desarrollada durante siglos, hubo jerarquías, con sacerdotes, nobles, guerreros y artesanos.

Estamos hablando de los Mayas, una de las civilizaciones precolombinas con mayor desarrollo, fuente de una fascinación tan profunda que incluso sus leyendas pueblan libros, canciones y juegos de tragamonedas, como los que se pueden encontrar en los casinos listados en BonusFinder México.

Y aunque el fin de su reinado fue hace más de 500 años, todavía se siguen descubriendo objetos, curiosidades e incluso ciudades enteras bajo la tierra. ¿Por qué, a pesar de décadas de investigación, la arqueología maya sigue siendo una fuente de descubrimientos nuevos?

Dos hallazgos que dejaron boquiabiertos a los investigadores el año pasado

El año 2024 fue especial para los investigadores de esta civilización tan avanzada, dado que dos revelaciones desafiaron las concepciones previas sobre este grupo poblacional y expandieron drásticamente el mapa de la civilización maya.

Una ciudad escondida bajo la tierra

Bajo la vegetación de Campeche (México) se escondía una antigua ciudad maya, pero gracias a la tecnología de teledetección, pudieron dar cuenta de lo que había bajo la densa foresta.

A diferencia de las excavaciones tradicionales, que a menudo se ven limitadas por la densa selva, el lidar utiliza pulsos de luz para penetrar el follaje y crear un mapa tridimensional detallado del terreno subyacente.

En este caso, los arqueólogos no realizaron un estudio lidar específico para buscar ruinas, sino que analizaron datos lidar recopilados en 2013 por una empresa mexicana, como parte de un proyecto de monitoreo forestal.

Estos “datos ambientales” no tenían sesgos arqueológicos, es decir, no estaban buscando donde “típicamente” buscan los arqueólogos. Así fue que se produjo el descubrimiento.

Al reprocesar los datos con parámetros específicos para prospección arqueológica, los investigadores vieron lo que no esperaban ver. El hallazgo de la ciudad demostró que la región estaba mucho más densamente poblada y urbanizada de lo que se pensaba, incluso en áreas consideradas “puntos ciegos” arqueológicos.

Una máscara de jade descubierta en ruinas que se exploraron hace 100 años

Otro descubrimiento para los libros de historia que se produjo el año pasado fue el hallazgo de una máscara de jade ornamentada en la tumba de un rey maya en Chochkitam, Guatemala.

Se trata de una pieza elaborada con piezas de jade entrelazadas con conchas marinas para los ojos y los dientes, que la datación por radiocarbono sitúa en el año 350 d.C.

Los descubridores creen que representa a un dios maya de la tormenta. Estas máscaras eran comúnmente confeccionadas para los entierros de la realeza maya, donde tallas hechas con un cuchillo o cincel de obsidiana volcánica también decoraban la tumba del monarca.

El Período Clásico Maya, que abarcó del 250 al 900 d.C., dejó pocos vestigios debido en gran parte al saqueo generalizado de los sitios arqueológicos, sin embargo, el equipo de Estrada-Belli tuvo la fortuna de descubrir la tumba a solo dos metros de donde los saqueadores habían detenido el robo.

Aparte del deterioro natural, el único daño en la tumba fue el colapso del techo de piedra. Quizás la mayor curiosidad es que el hallazgo se produce 100 años después de que Fran Blom, uno de los primeros directores del renombrado Instituto de Investigación de Mesoamérica (MARI) de Tulane, explorara el sitio por primera vez en 1924.

Nuevas tecnologías, nuevos descubrimientos

Desde ciudades misteriosas ocultas por la jungla hasta la lectura de pergaminos antiguos con IA, los principales hallazgos de este año nos muestran que las técnicas o tecnologías del SXXI tienen mucho que aportar a la vieja escuela y están dando forma al futuro de la arqueología.

Esto permite, por ejemplo, desvelar los detalles de un desastre de la Edad de Bronce o identificar al culpable de un misterio de asesinato en el antiguo Egipto, sin necesidad de nuevas excavaciones.

Otros métodos modernos, como el análisis de ADN y la tecnología de teledetección, han revelado nuevas pruebas sobre culturas, tecnologías y estructuras sociales del pasado. Dicho esto, si bien la arqueología avanza cada vez más ayudada por la ciencia, sigue siendo imprescindible realizar nuevas excavaciones para alimentar futuros estudios.

Otros ejemplos de descubrimientos asombrosos

En el mismo año 2024 los investigadores anunciaron el hallazgo de 33 tumbas en el sur de Egipto y 63 en el delta del Nilo, junto con impresionantes amuletos de oro, monedas y cerámica, de nada menos que 2000 años de antigüedad.

De la misma manera, se usó un sistema de inteligencia artificial para leer partes de un pergamino de 2000 años de antigüedad quemado en la erupción del Vesubio del año 79 d.C., la misma erupción volcánica que destruyó Pompeya.

La capacidad de “desenrollar” y leer estos textos carbonizados digitalmente abre una ventana invaluable a la literatura, la filosofía y la vida cotidiana del mundo romano.

am