Al finalizar el año, las remesas podrían registrar una caída de 5.8 por ciento a tasa anual, y finalizarán en 61 mil millones de dólares; si bien el escenario no es positivo, tampoco es “catastrófico” ni se presentarían afectaciones macroeconómicas en el país. No obstante, el ingreso de las familias que dependen de éstas, podría reducirse entre 5.0 por ciento y 6.0 por ciento, pronosticó BBVA Mexico.
A pesar de que la política migratoria estadounidense y la apreciación del peso mexicano son causas que han distorsionado el flujo de remesas hacia el país y que además llevan 20 meses continuos con incertidumbre; el freno en la llegada de divisas tiene explicación en un estancamiento de nuevas personas migrantes en Estados Unidos, pues en los últimos años la cifra se ha mantenido en 12 millones, señaló Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México durante la presentación del Anuario de Migración y Remesas México 2025.
“En México llevamos un tiempo donde la migración neta está cercana a cero y, por lo tanto, no podíamos esperar que las remesas siguieran creciendo si no estaba creciendo el número de migrantes”, destacó el especialista.
- El Dato: especialistas aseguran que la única forma de recuperar el ingreso de remesas al país, es fortalecer el mercado laboral en EU.
Asimismo, señaló que sólo en el primer semestre de este año se registró una caída de 5.6 por ciento en su comparación anual, y aunque se ha indicado que esa contracción es ocasionada por las redadas migratorias que ha ordenado el presidente estadounidense, “nosotros no creemos que esto sea el caso, porque el único país donde están cayendo las remesas es México. Si fueran las redadas o si fuera el miedo a Trump, creo que estaríamos viendo algo en otros países” añadió Serrano.
En 2024, las remesas que llegaron a México representaron 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), lo que indica que el país no tiene una dependencia tan marcada por este tipo de ingresos a diferencia de países como Guatemala y El Salvador, en donde ascienden a más de 20 por ciento de su PIB.
No obstante, en México “la importancia que tienen las remesas varía de acuerdo a las distintas regiones del país. Hay estados donde sí hay una dependencia muy grande”, como por ejemplo Chiapas y Guerrero, cuyo ingreso equivale a 14.6 y 14 por ciento como proporción de su PIB, respectivamente, aseveró Serrano.
Y en ese sentido, de presentarse una disminución como lo estimó la institución financiera, el efecto sería desigual, pues no todos los estados de la República son beneficiados por este tipo de ingreso.
“Es decir, hay estados donde las remesas son más de 10 puntos del PIB. Ahí sí tiene una importancia central. Hay otros estados, como Campeche, Tabasco y Nuevo León, donde prácticamente no pintan”, puntualizó.
Asimismo, el economista sostuvo que aunque el país no sea dependiente de remesas como en otras latitudes, la caída de éstas al cierre del año sí repercutirá en los ingresos de las familias mexicanas, pues el 30.5 por ciento de las entradas de dinero son por los envíos que se realizan desde Estados Unidos.
También reiteró que la contracción no es catastrófica, ni habrá un problema de divisas o que represente “un problema macroeconómico o un desequilibrio en la Balanza de Pagos” en el país, pero reconoció que las familias mexicanas que dependen de las remesas sí podrían resultar afectadas.
“Pueden tener limitaciones en el consumo y ahí también serán muy importantes estos planes de inversión que están en el Plan México, que no se olviden de estos estados que van a ser los afectados porque hay familias que, no es que vaya a desaparecer su ingreso, pero sí una caída del 5.0 por ciento al 6.0”, agregó el economista.
De igual forma, apuntó que en las entidades donde hay más dependencia de las remesas podría aumentar la pobreza. “Creemos que podría haber un ligero aumento pero tampoco sería un aumento drástico y, en caso de que ocurriera, sería deseable que se atendiera a las familias que podrían estar siendo afectadas”, señaló.
Carlos Serrano dijo que la manera de que el ingreso de remesas se recupere, sería fortalecer el mercado laboral estadounidense, como sucedió en 2021 y 2022, cuando era muy fácil tener un empleo; en ese entonces la tasa de desempleo se ubicó en 3.3 por ciento, un mínimo histórico.
“El mercado laboral se está debilitando en Estados Unidos, se está debilitando por las políticas económicas de Trump. Todo este tema arancelario está generando incertidumbre, por lo tanto, menos inversión, menos empleo. Entonces, mientras prevalezca esa política económica errática, lamentablemente no vamos a ver que el mercado laboral se fortalezca”, indicó.
Si se corrige el rumbo en la actual administración o en las siguientes, explicó, “volveremos a ver mercados laborales pujantes”; si en los siguientes años se siguen aplicando aranceles altos y la “política tan errática” se profundiza, serán cuatro años de incertidumbre y “no veremos una recuperación muy grande de las remesas”, dijo.


