Consideraciones económicas

Paquete económico 2026, con retos en torno al nearshoring: Banco Base

Paquete económico 2026 abre una ventana para atraer inversión extranjera, pero existen frenos estructurales que podrían impedir que la relocalización de industrias en México se traduzca en despliegue productivo masivo, advirtió Nicolás Eguiarte, director de Negocios de Banco Base

Relocalización de industrias en México, proceso conocido como nearshoring.
Relocalización de industrias en México, proceso conocido como nearshoring. Foto: larazondemexico

El paquete económico 2026 abre una ventana para atraer inversión extranjera, pero existen frenos estructurales que podrían impedir que la relocalización de industrias en México, proceso conocido como nearshoring, se traduzca en despliegue productivo masivo, advirtió Nicolás Eguiarte, director de Negocios de Banco Base.

“Tenemos una ventaja arancelaria muy importante, pero la falta de inversión física y el estado de derecho siguen siendo los principales frenos”, afirmó en entrevista con La Razón.

Los Criterios Generales de Política Económica del paquete prevén un rango de crecimiento económico para 2026 entre 1.8 y 2.8 por ciento, una referencia que permitirá a empresas y mercados planear sus decisiones, en este sentido, dijo Eguiarte.

Quien señaló que esos supuestos son útiles, pero podrían resultar “demasiado optimistas” frente a la dinámica real de la economía y la recaudación fiscal.

La propuesta fiscal para 2026 incorpora medidas arancelarias destinadas a proteger cadenas de valor y generar recursos adicionales. Por ejemplo, el Ejecutivo anunció un decreto que impone aranceles de entre 10 y 50 por ciento a fracciones arancelarias provenientes de países sin acuerdos comerciales, una acción que busca, según el entrevistado, reducir incertidumbres de cara a la revisión del T-MEC.

La hacienda pública estima ingresar alrededor de 254 mil millones de pesos anuales, de los cuales 70 mil millones provendrían de bienes importados a través de las aduanas, explicó Carlos Lerma, subsecretario de ingresos de Hacienda.

En este sentido, Eguiarte indicó que la política arancelaria tiene doble filo, ya que puede impulsar la relocalización de plantas desde Asia en México, pero también encarecer insumos críticos para la industria nacional.

“Los aranceles no los pagan los productores, los pagan los consumidores”, subrayó. Añadió que México sostiene un déficit comercial con China.

Además, explicó que el paquete fija una expectativa de tipo de cambio por encima de la cotización actual, lo que en conjunto coloca “un foco amarillo para importadores”.

Sin embargo, más allá de aranceles y tipos de cambio, el cuello de botella más importante es la infraestructura, en particular la capacidad eléctrica. De acuerdo con el entrevistado, la oferta y la transmisión de energía no crecen al ritmo requerido por la nueva demanda industrial, lo que limita la instalación de plantas con alto consumo energético.

“Puedes tener tierra, pero si no tienes electricidad (…) no puedes operar”, comentó.

Eguiarte también advirtió sobre riesgos fiscales: si el crecimiento es menor al estimado, la recaudación será menor y el déficit podría mantenerse por encima de 4 por ciento del PIB, lo que forzaría recortes en gasto sensible y reduciría el espacio para inversión pública en infraestructura.

Esa combinación, dijo, complicaría la materialización del nearshoring.

Frente a ese panorama, el directivo valoró el Plan México y el paquete como herramientas que dinamizan el mercado interno, pero insistió en que no deben sustituir la necesidad de seguridad jurídica y mayor inversión física.

El directivo además aconsejó a las empresas a prepararse desde ahora, tomar coberturas, revisar cadenas de suministro y negociar provisiones energéticas por posibles retos que puedan enfrentar en el futuro próximo,

Eguiarte resaltó también que ya hay tierra disponible y parques industriales listos en el noreste y el Bajío, como en Nuevo León, Coahuila, Sonora, Chihuahua, Baja California, Guanajuato y Querétaro, pero señaló que en muchos polos los tiempos para obtener una conexión eléctrica o una subestación superan un año.

Pese a esta situación, aseguró que México cuenta con una ventaja competitiva derivada del T-MEC y de un arancel promedio “relativamente bajo” frente a otras economías, como la brasileña.

No obstante, dijo que capitalizar esa ventaja en 2026 exige decisión pública en infraestructura y certidumbre institucional. Para Eguiarte, esa receta incluye acelerar la inversión en energía, mejorar el estado de derecho y diseñar programas de apoyo a proveedores locales.

“Solo así la oportunidad se podrá transformar en crecimiento real”, comentó el directivo.

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FGR