Luego de que cientos de empleados de Twitter renunciaron como respuesta al ultimátum lanzado por Elon Musk de “trabajar muchas horas a alta intensidad” o dejar la empresa, el magnate bromeó en las últimas horas en su propia cuenta en la red social sobre el rumbo de la compañía.
Mientras el propietario tuitea entre bromas y veras, ha ordenado cerrar la sede de la compañía desde este viernes y hasta el lunes, inutilizando incluso los pases electrónicos de acceso de los trabajadores y bloqueando momentáneamente a varias personas dentro de la sede en la noche del jueves.
En tanto, la red se ha llenado de tuits de esos empleados que se han ido despidiendo con los hashtags #oneteam (un equipo) y #lovewhereyouworked (amaste donde trabajabas); entre ellos hay responsables del control de contenidos.
Después de hacerse cargo de Twitter hace menos de tres semanas, Musk despidió a la mitad del personal de tiempo completo de la compañía compuesta por siete mil 500 personas y a un número incalculable de contratistas responsables de la moderación de contenido y otros esfuerzos cruciales. Luego vino el ultimátum de esta semana.
Tres ingenieros que se fueron esta semana describieron a la agencia AP por qué esperan un disgusto considerable para los más de 230 millones de usuarios de Twitter ahora que más de dos tercios de los ingenieros de servicios centrales de Twitter anteriores a Musk aparentemente se han ido. Si bien no anticipan un colapso a corto plazo, Twitter podría volverse muy difícil, especialmente si Musk realiza cambios importantes sin muchas pruebas fuera de la plataforma.
