La maldición china

Foto: larazondemexico

El sábado por la tarde la selección nacional venció cuatro a uno a su homóloga de El Salvador. Decía Dario Fó que el futbol era la más importante de las cosas menos importantes. En efecto, medio país se prendió del televisor y vio en el partido la oportunidad del desagravio histórico. “guerra quieren, pues guerra tendrán”, llegó a decir El Vasco Aguirre. Pocas horas después y en tanto el festejo transcurría, en “pacífico operativo”, la policía federal tomó por asalto las instalaciones del organismo descentralizado llamado “Luz y Fuerza del Centro”. Al día siguiente se publicó en tiraje dominical el decreto por el que se le extingue.

Los argumentos del ejecutivo federal son de la siguiente índole: “Que desde su creación el organismo descentralizado no ha cesado de recibir transferencias presupuestarias cuantiosas, las cuales lejos de disminuir se han visto incrementadas los últimos años; basta señalar que del 2001 al 2008 tales transferencias se incrementaron en más de 200 por ciento y que para el presente ejercicio dichas transferencias serán del orden de 41 mil 945 millones, de continuar el mismo comportamiento, se estima que podrían alcanzar un total de 300 mil millones de pesos durante la presente administración. Que los costos de Luz y Fuerza del Centro casi duplican a sus ingresos por ventas, de 2003 a 2008 registró ingresos por ventas de 235 mil 738 mientras que sus costos fueron de 433 mil 290 millones de pesos”.

Son inobjetables: la empresa es ineficiente y gravosa y sólo en este año costó más que el presupuesto sumado de la UAM, la UNAM y el Politécnico.

Lo que preocupa es la forma, que en estas cuestiones, ciertamente, es fondo, pues la ineficacia, el despilfarro y la inoperancia no son patrimonio exclusivo del organismo.

Serán los auténticos trabajadores, no sus líderes, dueños de caballos pura sangre, quienes pagarán los platos rotos del enfrentamiento de modelos de Estado que no pueden coexistir. Nada bueno augura la confrontación de los extremos. Por un lado una derecha tecnocrática que se niega a dialogar, que engaña a su contraparte con una mesa de acuerdos, a sabiendas de que se prepara el golpe. Una derecha inequitativa que aplica el marro a los sindicatos que no son de su agrado pero cierra los ojos y solapa la ineficacia, la corrupción y el despilfarro de sus aliados.

Por el otro, una izquierda alucinada muy capaz de ver la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio.

Tan antidemocrática es la derecha autoritaria como lo es la extrema izquierda. Ambas desprecian el Derecho y, por ende, la solución racional de los conflictos; ambas se estructuran verticalmente ante el “líder”.

¿No era más sensato esperar siquiera la decisión de la Junta en el conflicto que acarreaba el SME?

¿En un Estado que se dice democrático es válido organizar, a espaldas de los trabajadores, una “toma de instalaciones” como la que aconteció en el órgano extinto?

¿Hasta que punto es válida, así, la terminación de las relaciones de trabajo?

El gobierno parece actuar inspirado por Carl Schmit, admirado tanto por ideólogos de la extrema izquierda como por los de extrema derecha. Para Schmitt: “La específica distinción política a la cual es posible referir las acciones y los motivos políticos es la distinción amigo enemigo… ella corresponde para la política a los criterios relativamente autónomos de las contraposiciones, bueno y malo para la moral, bello y feo para la estética y así sucesivamente.”

Adiós al diálogo: Amigos y enemigos. Para los amigos justicia, gracia y dinero. El que no está conmigo está contra mi: A ese la macana.

La porra evidencia al fundamentalismo de la derecha. Defender lo indefendible al de izquierda. Retirar la feria del libro para dar paso a la “movilización” es una metáfora de nuestros días: Denota que la polarización substituye al diálogo, que el fundamentalismo ocupa el lugar de la cultura. Nos esperan, por lo que se ve, días interesantes. Esa era la maldición china. “Ojalá que te toque vivir en una época interesante”.

rensal63@hotmail.com

fdm

Temas: