Estimado Miguel:
Siempre lo he dicho y lo diré:
Que —sin duda— has sido el mejor ser humano que he conocido. Y que —sin duda— fuiste el mejor maestro que tuve.
Siempre fuiste un ser humano congruente contigo mismo.
Y siempre fuiste el ser humano más ético que conocí.
Tus clases fueron amenas y a la vez muy profundas.
Y siempre viviste como predicaste: con humildad y sencillez...
Que la ética era el principio que debería regir en la humanidad.
El motivo de mi carta semanal —aunque la leas desde el cielo— es comentarte lo que he aprendido de estas últimas elecciones, que nada tienen qué ver con la honestidad ni con la ética.
1.- Lo primero que aprendí es que la avaricia es mucho más importante que el bienestar de la sociedad.
2.- Que la política mexicana está viviendo la mayor podredumbre de su historia.
3.- Que confirmo que César Nava y Jesús Ortega carecen absolutamente de vergüenza y de ética.
4.- Que, además, no les importa.
5.- Que festejen su triunfo electoral, cuando ganaron 3 y perdieron 9. Y que, para el colmo, 2 de esas 3 victorias, hayan sido con candidatos priistas.
6.- Que celebren esa derrota como si el resto de sus resultados no importaran.
7.- Que sus declaraciones en los medios sean triunfalistas aunque la realidad haya sido otra.
8.- Que dos partidos que tienen una ideología contraria, se hayan unido con el único objetivo de ganar. Sin importar que uno de ellos no reconozca al Presidente.
9.- Que no les haya importado perder en Aguascalientes y Zacatecas.
10.- Que tampoco les haya importado perder Tijuana, Mexicali, Ensenada y Tecate en Baja California.
Que su único objetivo haya sido ganar el poder por el poder...
...Sin importarles nada... absolutamente nada...
11.- Que lo importante era estar juntos —aunque— les volvamos a tomar el pelo a la sociedad y repitamos este mismo escenario el próximo año en el Edomex.
12.- Aprendí que en política todo se vale, porque los principios y la ética no se conocen.
13.- Que México está como está, gracias a ellos.
14.- También aprendí que en la elección de ayer la gente votó por candidatos, no por partidos.
Y que si estos dos “honorables presidentes“ creen que votaron por sus partidos, es que están ciegos.
En fin, mi querido Miguel, se podría escribir un libro de cómo vivir muy feliz sin ética.
El prólogo lo podría escribir cualquier político mexicano —sin importar partido— y el libro lo podrían escribir el gato y el ratón.
Tom y Jerry...
Perdón... César Nava y Jesús Ortega...
Miguel:
Y ¿sabes qué es lo más deprimente de este asunto?
Que no se ven a corto plazo, políticos con ética que —de verdad— quieran trabajar para que México sea mejor.
No se ven políticos que —de verdad— quieran a México.
Porque si la caballada está como Nava y Ortega...
¡Qué caballada tan flaca!
Y el final de la historia será como el gran Gandhi dijo:
Que tu vida... sea tu mensaje...
carlos@alazraki.com.mx

