Crisis del estado benefactor

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Foto: larazondemexico

Emilio Sánchez Santiago

El concepto del Estado Benefactor (The welfare state) tiene su origen en el siglo XIX en Alemania, bajo el mando de Otto von Bismarck, quien implantó diversas medidas sociales tales como pensiones y jubilaciones por vejez, seguro contra accidentes de trabajo, medicina socializada, y seguro de desempleo.

En la actualidad, el término Estado Benefactor significa un estado en el cual el gobierno se hace cargo directamente y a su costo, de la protección y promoción del bienestar de sus habitantes. Es un estado que busca teóricamente la igualdad de oportunidades para todos, la distribución equitativa de la riqueza, y la seguridad social de todos desde la cuna hasta la tumba.

Europa adoptó este tipo de estado desde la primera mitad del siglo XX, y lo ha expandido gradualmente. Los países nórdicos lo han llevado más lejos y más rápido que los países mediterráneos, pero en general todos los países europeos han hecho de este concepto su paradigma social y económico.

Al margen de las bondades sociales que pueda brindar este Estado Benefactor, cada vez es más claro que este ideal tiene un precio muy alto. Los gobiernos europeos han demostrado una proclividad hacia el paternalismo, la benevolencia, y la laxitud, en la administración de este estado benefactor. La tendencia muestra que estos gobiernos han aumentado progresivamente los beneficios sociales para sus habitantes, sin percatarse cabalmente del costo creciente y exponencial de estos programas.

Además de esa administración laxa, los países europeos se han enfrentado a una baja tasa de crecimiento poblacional, lo cual ha dado al traste a los cálculos actuariales que son la base para determinar los beneficios sociales.

Esa combinación de factores ha resultado en un “boquete fiscal” creciente, que en condiciones normales debería haberse cubierto con mayores impuestos al ingreso, al consumo y a la propiedad.

Renuentes a elevar impuestos, los gobiernos europeos han acudido al endeudamiento como solución a los problemas de déficit en las finanzas públicas, derivados en gran medida, de los costosos programas de seguridad social. La tabla estadística que aquí se presenta, muestra indiscutiblemente la tendencia europea a descansar en deuda pública creciente.

La crisis europea que ha sacudido al mundo durante los últimos 24 meses, ha puesto de manifiesto el fin del Estado Benefactor. Los mercados de capital del mundo ya no están, ni estarán, dispuestos a seguir financiando los “grandes boquetes fiscales” causados por el paradigma creado hace 150 años por Von Bismarck.

Una de las principales consecuencias, quizás impensadas, de la crisis financiera europea, será la revisión profunda de ese Estado Benefactor, y una serie de reformas a la seguridad social que permitan a los gobiernos equilibrar sus finanzas. Grecia y España, por ejemplo, están ya, obligados por la Unión Europea, implantar reformas urgentes, profundas, e inaplazables. Este es solamente, el principio de un movimiento reformista que balancee ideales con realidades.

emsanchez@prodigy.net.mx

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