Gerardo García
Fue un lugar emblemático. Por años, representó una de las mejores ofertas para los turistas que visitaban el destino. Marca destacada, exitosa, fue siempre desde que abrió sus puertas uno de los lugares que más generó valor agregado a Cancún, el destino líder en Latinoamérica y uno de los más importantes del mundo en su segmento.
Hasta que alguna mano oscura operó para acabarlo.
Hard Rock Café, el restaurante y bar que por años ha operado en la zona hotelera de este destino turístico, hubo de cerrar sus puertas hace algunos meses por una suerte de problema laboral que al final, por lo que se mira, trae otros temas detrás. Tras un conflicto de varios meses en el que el establecimiento pudo operar en una temporada, a mediados de enero de este año las puertas del Hard Rock Café de la ciudad de Cancún se volvieron a cerrar al público en general debido al estallamiento de una huelga por parte del sindicato correspondiente, y que hasta la fecha se desconoce su procedencia legal. La plaza comercial Forum By the Sea, administrada y operada por la empresa GICSA, está buscando, aparentemente, rescindir el contrato de arrendamiento del local que hoy ocupa el famoso restaurante, ícono del destino, y que durante más de diecisiete años ha operado exitosamente.
A finales del año pasado, GICSA también intentó, sin razón legal alguna, embargar las cajas del citado restaurante. Esta situación se evitó con la ayuda del sindicato y la promoción del amparo que las leyes otorgaron a la operadora del restaurante. Sin embargo, el sindicato, que pertenece a la CROC, no ha respondido a los llamados del franquiciatario legal en México de la marca Hard Rock Café, para llegar a un acuerdo, en su caso, que permita la apertura del restaurante cuanto antes, y así conseguir que los empleados regresen a su trabajo.
De acuerdo con fuentes de la empresa afectada, el franquiciatario está en la mejor disposición de que las cosas se arreglen conforme a ley y atender las demandas de los trabajadores. Sin embargo, y pese a meses de negociaciones en las que se ha atendido todos los requerimientos de los quejosos, las cosas no caminan. Por eso, y ante tanta incertidumbre, las preguntas son varias. ¿Por qué el dirigente del sindicato no quiere que se solucionen las cosas?
¿Por qué GICSA ha buscado rescindir el contrato? ¿A quién le conviene que siga cerrado el Hard Rock de Cancún? ¿Le conviene a los dueños de la plaza que esto suceda?
Son preguntas que alguien debe contestar. Un tema que, aunque parezca pequeño, debe interesar de igual manera a las autoridades de la Secretaría del Trabajo, en lo que corresponde al manejo que se hace de los sindicatos para presionar a empresarios.
Cuentos del cambio. La iniciativa enviada por el Presidente Enrique Peña Nieto al Congreso para reformar la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, y permitir que agentes aduanales y de migración extranjeros puedan portar armas en el país, es la puerta para que puedan aprobarse las aduanas de preinternación del gobierno estadounidense en aeropuertos mexicanos, lo que generaría un fuerte impulso para la llegada de más visitantes de ese país.
La reforma que presentó el presidente al Senado plantea que se trata de adoptar esquemas similares a los que se practican en otros países, entre ellos el de preinspección aduanera de Canadá y Estados Unidos. Se busca permitir que las autoridades de un país ejerzan sus facultades en el territorio del otro. En la iniciativa se plantea que ese modelo de preinspección en materia migratoria permitirá llevar a cabo las revisiones documentales necesarias
y consultas de base de datos, aun antes de que un pasajero aborde una aeronave, disminuyendo riesgos potenciales a la aviación. Al trasladar la decisión de elegibilidad del ingreso al país de destino, del puerto de entrada al de salida, se beneficiará a los viajeros, quienes ya no tendrán que someterse a largos tiempos de espera para tramitar su ingreso. La reforma que discutirán los senadores seguramente tendrá la reticencia de los patrioteros furibundos que querrán verlo como una acción contraria a la soberanía, lo que no es. Si se aprueba la reforma, las aduanas de preinternación serán el siguiente paso y con ello, un considerable incremento en vuelos desde Estados Unidos, principalmente de ciudades medianas, a destinos en México.
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