Carta a Gonzalo Vega (gracias por los recuerdos)

Estimado Gonzalo:

Estoy muy triste y sacadísimo de onda. A pesar de que sabíamos de la gravedad de tu enfermedad siempre estuvimos optimistas de que le ibas a ganar.

Aunque —tú mejor que nadie— sabía en estos últimos meses de vida que desgraciadamente no se iba a poder. Es muy doloroso escribirte esta carta.

¡Muy! Sobre todo recordando todas nuestras aventuras. Aventuras que iniciamos en Tel esistema y continuamos por Canal 8, Televisa y Canal 13.

Ese maravilloso e inolvidable mundo de la televisión. Y de recordar algunas anécdotas que vivimos juntos en nuestra larga vida.

Como cuando nos presentaste a nuestro brother Raúl Orvañanos en el jai alai.

¿Te acuerdas de cómo me lo presentaste?

Estábamos cenando un martes cualquiera Adolfo Rodríguez, El Flaco Calderón y yo cuando llegaste al Frontón México acompañado de él.

Tú acababas de grabar el lunes teatro y Raúl desempleado con alpargatas en lugar de zapatos.

¡Nunca se me va a olvidar! ¡Fue muy chistoso!

Te sentaste con nosotros, nos presentaste a Raúl

—que por cierto se acababa de retirar del futbol— y en menos de cinco minutos me sugeriste que lo contratara para Canal 13.

Y como nosotros necesitábamos comentaristas nuevos para transmitir a los Pumas, te dije que sí lo haría.

¿Quién iba a imaginarse hasta dónde llegaría Raúl después de esa cena en la que, por supuesto —para variar y no perder la costumbre—, perdimos lana en las apuestas? ¿Y cómo olvidar la campaña que te pedí que me hicieras para Brandy Conquistador, de la inolvidable Casa Vergel? ¡Sí, Gonzalo! La que hicimos en Saltillo con nuestro querido amigo Pedro Torres.

Me acuerdo de que fue un campañón y a pesar de su maravillosa filmación Brandy Conquistador no vendió muy bien. Y la razón por la que no vendió muy bien fue porque en los estudios de mercado tú tenías la primera recordación ¡antes que la marca!

¿Y cuando nos fuimos al Mundial en Estados Unidos? ¿Te acuerdas de como mi hijo Mark nos bailó preguntándonos las capitales de los nuevos países en África y que no tuvimos ni la más remota idea de cuáles eran?

¡Cómo nos reímos! Y hablando de mis hijos:

¿Quién se iba a imaginar, cuando los cargaste de bebés, que 35 años después Gary te iba a pedir que seas su actor principal para Nosotros Los Nobles?

Y que gracias a ti y al gran elenco de la película, Los Nobles se haya convertido por un ratote largo en la cinta mexicana más taquillera de la historia del cine nacional y que al día de hoy es la segunda.

¿Y cuando íbamos a los toros? O… ¿nos burlábamos de ti en el camerino después de la función de la Señora Presidenta? Y… ¿cuando te entrevisté en mi programa Platicando con…? (Que, por cierto, lo repito este domingo a las diez de la noche en Proyecto 40, como homenaje a tu enorme trayectoria).

Fueron grandes aventuras. —Desde jóvenes hasta hoy. Gonzalo querido: Me quedo con tu sonrisa, tus chistes, tus anécdotas, tus rabias y tus enojos.

(Que cuando te enojabas más valía no estar cerca de ti). Me quedo con tu talento.

Y me quedo con toda esa vida que convivimos con todos nuestros amigos. ¡Fueron inolvidables!

Y para terminar: Es obvio que… nunca te olvidaré.

¡Descansa en paz! Te lo mereces.

Las próximas dos semanas estaré fuera de México, retomaré mis cartas el martes 25 de octubre.

razon@alazraki.com.mx

Twitter: @carlosalazraki

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón