ARISTAS

La primera semana de Trump 2.0

Antonio Michel Guardiola
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Michel Guardiola *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

Hace dos semanas escribí sobre el mal prólogo que fueron las declaraciones de Trump previo a tomar posesión. La introducción a su gobierno siguió por la misma línea. Las deportaciones masivas que ya iniciaron, los aranceles que surtirán efecto en unos días, la categorización de los cárteles como grupos terroristas y el despliegue de fuerzas armadas a la frontera distan de ser un buen presagio. Ya tuvo su primer pleito con Colombia, ¿qué debe hacer México para evitar ser el siguiente?

En sus primeras horas de vuelta en la Casa Blanca, Trump rompió un récord: 26 órdenes ejecutivas y cerca de 200 decisiones administrativas para poner en marcha sus planes y concretar sus promesas de campaña. Una de sus prioridades fue México, desde la seguridad fronteriza, la lucha contra el fentanilo, la deportación de migrantes indocumentados y mejorar la balanza comercial hacia su país. Es una narrativa que le ha funcionado y no tendría por qué cambiar la receta. El problema es que este Trump viene recargado, lo cual lo inclina a radicalizarse, con más experiencia y más poder.

En los primeros siete días México ya recibió más de cuatro mil mexicanos deportados, tendencia que seguramente continuará en las próximas semanas. Ya desplegó decenas de miles de elementos a lo largo de su frontera sur, bajo el paraguas de emergencia nacional. Sheinbaum debe diseñar un plan que pueda hacer frente a las consecuencias de los berrinches de su contraparte, sin provocar un estallido peor.

Por otro lado, Trump amenazó ya de poner aranceles de hasta 25 por ciento a las importaciones de México, Canadá y, recientemente, Colombia, aunado al 10 por ciento de aranceles en productos provenientes de China. Originalmente no había incluido a Colombia, pero lo hizo cuando Petro rechazó recibir los aviones con migrantes colombianos deportados. Ante la amenaza, Petro dijo que respondería con la misma moneda, lo cual orilló a Trump a doblar la apuesta 50 por ciento. Trump usará los aranceles como coerción y extorsión, lo que podría ocurrir con México si Sheinbaum responde parecido.

Habrá que ver cuánto durarán estas medidas una vez que Trump y su equipo vean las repercusiones que tendrán. Los consumidores estadounidenses padecerán una parte importante del impacto negativo, con precios más altos en sectores clave como el automotriz; todas las cadenas de valor que utilizan productos chinos, o la gasolina, que utiliza mucho crudo canadiense.

Sheinbaum debe saber que, como en el pasado, Trump alardea mucho, pero no siempre se sostiene. Lo único que le interesa es tener algo que valide su narrativa, que le dé una medalla ante su público y que haga parecer que cumple sus promesas. No es la primera vez que Trump amenaza a México con aranceles. En aquella ocasión, AMLO respondió con la militarización de la frontera sur y los aranceles nunca se pusieron en marcha.

En cuanto Trump pueda decir que consiguió que México hiciera algo que él quiere, probablemente los quite para que las consecuencias arancelarias no afecten eventualmente su popularidad. El reto para Sheinbaum estará en ser fiel a su discurso y lo que hagan sus aliados como Petro, o entender que la paloma, con consistencia y paciencia, puede jugar con el halcón.