SPLIT FINANCIERO

Problemas ambientales preventivos en la CDMX

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

El Segundo Foro de Infraestructura, Medio Ambiente y Sustentabilidad CICM 2025 concluyó con una serie de reflexiones sobre los retos y oportunidades que enfrenta la Ciudad de México en materia de desarrollo urbano sustentable.

Durante su conferencia magistral de clausura, Amado Ríos Valdez, director general de Evaluación y Regulación Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México, enfatizó la necesidad de integrar principios ambientales desde la etapa de planificación de los proyectos, destacando que el crecimiento económico y la construcción de obra no deben seguir imponiéndose sobre el bienestar social y ambiental.

En su ponencia sobre el presente y futuro de la Evaluación de Impacto Ambiental en la CDMX, explicó que este mecanismo, originalmente concebido para mitigar impactos negativos en el medio ambiente, ha evolucionado hasta convertirse en un proceso burocrático con numerosos trámites innecesarios, perdiendo su propósito inicial al funcionar más como una medida correctiva que como una estrategia preventiva. Para mejorar la eficiencia de la evaluación ambiental en la CDMX, planteó seis medidas clave: fomentar la autorregulación en los proyectos, eliminando la necesidad de ciertos trámites cuando los volúmenes de residuos sean reducidos; capacitar a las autoridades encargadas de la regulación para que puedan desempeñar su función de manera más eficiente y rápida; integrar una visión ambiental más amplia que también considere el impacto social; actualizar la legislación vigente con un enfoque de largo plazo, adaptándola a los desafíos de los próximos 30 años; y utilizar nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, para automatizar y optimizar procesos administrativos.

Uno de los ejes temáticos más relevantes del foro fue la economía circular y la gestión de residuos. Durante la mesa redonda sobre este tema, moderada por el ingeniero Donovan Herrera, expertos abordaron la importancia de transitar hacia un modelo de producción más eficiente y sostenible. Destacaron la necesidad de repensar las tecnologías existentes y adaptarlas a las demandas actuales, además de promover soluciones que permitan reducir el impacto ambiental y restaurar la confianza en la viabilidad de un futuro sustentable. Mencionó que la economía circular no puede implementarse de manera obligatoria, sino que requiere un proceso de convencimiento y adopción progresiva por parte de las empresas y la sociedad.

Se subrayó la relevancia de optimizar el uso de materiales desde la fase de diseño de las obras, para reducir la huella de carbono e impactar positivamente en la rentabilidad de las empresas. Enfatizaron que las organizaciones deben regirse por principios éticos y ecológicos, priorizando compras sostenibles y considerando que algunos materiales esenciales para la construcción podrían agotarse en el futuro. Reconocieron que la normatividad ambiental en la capital es adecuada, pero aún existen dificultades para su cumplimiento por la falta de infraestructura suficiente para el reciclaje de materiales.

Un dato interesante que señalaron es que actualmente se producen 2 mil millones de toneladas de desechos al año, pero si no se implementan estrategias efectivas de economía circular, esta cifra podría aumentar a 3 mil millones para 2050. En el caso de México, se generan 24 millones de toneladas anuales de residuos, de las cuales sólo el 8% recibe una disposición adecuada, mientras que otro 3% se recupera a partir de desechos de la construcción. En este sentido, destacó los esfuerzos de una empresa cementera para recuperar residuos de otras industrias y utilizarlos como sustitutos de materias primas en la producción de cemento. Otro de los temas abordados en el foro fue el financiamiento sostenible y la taxonomía ambiental, un mecanismo diseñado para identificar y cuantificar las inversiones con impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad. Se explicó que la taxonomía sostenible de México fue lanzada en 2023 con tres objetivos principales: atender el cambio climático, promover la equidad de género e impulsar el desarrollo de ciudades sostenibles. Señaló que este sistema brinda certidumbre y transparencia a los mercados financieros, alentando a las instituciones a dirigir sus inversiones hacia proyectos sustentables.

Se insiste en que es necesario cambiar la cultura empresarial y aterrizar los esquemas de financiamiento sostenible para garantizar su cumplimiento. Además, señaló la importancia de analizar las vulnerabilidades de cada proyecto y su impacto. Desde la banca de desarrollo, se identificaron algunos desafíos para la implementación de la taxonomía, como la necesidad de adaptarla a proyectos de pequeñas y medianas empresas y la falta de energía limpia suficiente para el contexto del nearshoring. Se mencionó que aunque actualmente la aplicación de la taxonomía enfrenta ciertos retos, eventualmente será una herramienta indispensable para garantizar la transparencia en el financiamiento de proyectos de este tipo.

El foro incluyó una mesa de discusión sobre los servicios ecosistémicos, donde se abordó el concepto de contribuciones de la naturaleza al bienestar humano. Explicó que, desde 2020, la perspectiva de conservación ha evolucionado, pasando de un enfoque centrado en el individuo a uno que prioriza el bienestar de las comunidades y la biodiversidad. En este contexto, se lamentó que en muchas ocasiones los intereses políticos hayan prevalecido sobre la protección ambiental. Este foro dejó en claro que el desarrollo urbano y la protección ambiental no deben verse como objetivos contrapuestos, sino como elementos complementarios de un mismo modelo de crecimiento responsable. La Sedema-CDMX, hoy tiene un documento llamado “Importancia de la Infraestructura en el desarrollo social y económico de México”, en que se debe trabajar.

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