La guerra es una masacre entre gente que no se conoce,
para provecho de gente que sí se conoce pero que no se masacra.
Paul Valéry

El “súper peso“
La guerra ha sido la invención más despreciable del ser humano y al mismo tiempo la grotesca exposición de su naturaleza. No importa la evolución de las armas, ni los métodos que el hombre perfeccione para alcanzar lo que yo mismo he considerado “la estética de la violencia” , el fin de cada guerra es por sí mismo terrible y sus consecuencias siempre resultan dolorosas y traumáticas. Esta expresión del lado oscuro de las ambiciones humanas, sus motivaciones, sus mensajes, sus contextos y sus protagonistas, no han pasado desapercibidos por los escritores. En el caso específico de la literatura encontramos a León Tolstói con La Guerra y la Paz, una de las grandes obras maestras del escritor ruso y cuya historia se desarrolla durante la invasión napoleónica rusa. Sobre esta obra, a decir del propio autor es una crítica a la historia militar. Asumir la concepción artística desde un punto crítico que coloca al creador como un agente social capaz de crear una memoria de la propia sociedad, lo han tenido muy claro diferentes autores cuyas obras han resultado un verdadero rescate de la historia de sus pueblos o naciones.
Durante el siglo pasado e inmersos en la primera Guerra Mundial, encontramos al maestro checo Jaroslav Hašek, autor de El buen soldado Švejk y quien es considerado uno de los grandes referentes de la historia literaria de su nación. El escritor y poeta francés Guillaume Apollinare forma parte de esa época: Qué hermosos son esos cohetes que iluminan la noche/ Trepan hasta su propia cima y se inclinan para mirar/ Semejan damas que bailan y sus miradas son ojos, brazos, corazones. El alemán Ernest Junger, quien se hizo célebre por sus memorias de la Primera Guerra Mundial fue uno de los más importantes con obras como Diario de una Guerra, Tempestades de Acero, Sobre los acantilados de mármol y La Emboscadura, entre otras. Louis Ferdinand Auguste Destouches, es sin duda otro de los escritores francés importantes en esta línea, Viaje al fin de la noche, Londres y De un castillo a otro, son algunas de sus obras.
Originario de Viena encontramos al escritor y pacifista Stefan Zweig, es autor de El mundo de ayer, Momentos estelares de la humanidad, La estrella sobre el bosque y Novela de ajedrez entre una larga lista de libros que abarcan también el ensayo, la novela y el teatro. De quienes han escrito sobre la guerra o inspirados en ella encontramos invariablemente a los jóvenes de la generación perdida: Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald, John Steinbeck, William Faulkner, Thomas Wolfe, John Dos Passos, T. S. Eliot y Ezra Pound. En España también encontraremos a Federico García Lorca, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Luis Cernuda o Jorge Guillén. Dos mujeres también destacan de manera muy conmovedora: Ana Franck y su diario así como la prosa poderosa de Edith Wharton.
En estas nuevas guerras, la de Ucrania y las que acontecen en los continentes hermanos, hay escritores también como los hubo antes en la Grecia y la sentencia de ayer es la misma de hoy: Nadie es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba. Heródoto de Halicarnaso.
