Irrumpe la primavera. Los jardines lucen vanidosos sus florestas. Yo escucho, arropado en el calor seductor de la tarde, Cuatro Interludios marinos & Passacaglia —de la ópera Peter Grimes—, del británico Benjamin Britten; Concierto para violín y orquesta, El violín rojo (Chaconne, Pianissimo Scherzo, Andante flautando, Accelerando finale), del italo-estadounidense John Corigliano; y Quinta Sinfonía en re mayor (Moderato, Allegretto, Largo, Allegro non troppo), del ruso Dmitri Shostakovich. Así decido recibir los clamoreos primaverales.
Inicio el agasajo con los interludios de la ópera Peter Grimes (1945), de Britten: Mar de Aldeburg (costa oriental de Inglaterra) y el pescador Peter Grimes. “Amanecer”: violines y flauta en atmósfera de calma y lontananza. “Mañana de domingo en la playa. Allegro spiritoso”: timbre que describe el sosiego del sol. Silencio y brote progresivo de metales. “Claro de luna. Andante comodo e rubato”: Silencio nocturno. Serenidad instrumental. Hechizada emoción. “Tempestad. Presto con fuoco”: viento y lluvia en procelosa prosodia orquestal. “Passacaglia”: bajo ostinato en reiterado dibujo melódico. Cadencias. Paseo entre danza y canciones.
Entro a la propuesta de John Corigliano —Premio Pulitzer 2001 y Premio Oscar a Mejor Banda Sonora por la película El violín rojo— en Concierto para violín y orquesta: demostración de habilidad técnica en axiomática elucidación instrumental. “Chaconne”: violín solista en tenue melodía que comparte en alternancia con metales y percusiones. Aquietados glissandos de trombones. Contrapunteo instrumental. Pizzicatos procelosos. Zarabanda. Danza. Bajo ostinato de sugerentes progresiones armónicas. “Pianissimo Scherzo”: sugestiva prosodia instrumental. “Andante flautando”: pasaje de diálogo entre contrabajos, violonchelos y violas: violines que entran y diseñan matices de hermosa animación. “Accelerando finale”: colorido orquestal. Contrapunteo de violín y orquesta.

Importante reconocimiento a la SHCP
Shostakovich se adueña de mis palpitantes ánimos. Quinta sinfonía en re mayor, uno de los trabajos más populares del músico de St. Petersburgo, que en su estreno (Leningrado, 1937) recibió una ovación de 40 minutos ininterrumpidos. “Moderato”: sucesiones melódicas y rítmicas que los violines revelan en variantes de líneas extensas escoltadas por pasajes breves de enigmática y sugestiva jaculatoria instrumental. “Allegretto”: espléndido vals de raigambre popular en discurso de satírica enunciación. Excitable y tentadora textura de un gozoso Shostakovich en uno de sus mejores momentos creativos, cuando apenas contaba con 30 años.
“Largo”: Intermezzo de vientos precedidos por cuerdas al unísono. Extendidos motivos melódicos en cuasi tonalidad elegiaca. Arpa y celesta en hondo tejido armonioso. Flauta en grácil ascenso melódico. “Allegro non troppo”: sonata allegro en marcha culminante. Tensa y procelosa conclusión. Tonalidad obsesiva. Orquesta en finale de tambores y timbales de exaltada habla shotakovichiana. Filarmónica enfrascada en afecto contagioso con el cosmos del compositor ruso. Aplaudo mirando la progresión de la tarde. La flauta, timbales, violines y metales repiquetean: bendicen el arribo de la primavera. Amén.


