LAS CLAVES

Señales de Niccolò Paganini

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Niccolò Paganini (Génova, 1782 – Niza, 1840): compositor y violinista italiano, calificado como el más grande intérprete del instrumento, dotado de un virtuosismo que no ha tenido parangón en la historia musical de Occidente. Figura clave del Romanticismo y padre de la técnica moderna del violín. Los 24 Caprichos: piezas legendarias de obligada referencia para instrumentistas, directores de orquestas y compositores. Escribió partituras para mandolina, viola, fagot y guitarra. Destacan los duetos para violín y guitarra, y las composiciones para cuarteto de cuerdas.

¿Personaje maligno y pervertido? En realidad, fue un individuo extravagante y desbordado, que muchos asociaban con ritos diabólicos y depravados. Se sabe del sufrimiento que lo acechó por graves enfermedades crónicas, acentuadas por los tratamientos clínicos dañinos que lo desfiguraron y acabaron por darle un aspecto sombrío y perverso. El público lo aclamaba con delirio por la técnica magistral desplegada al ejecutar el violín: legato, détaché, martelé, staccato, spiccato, sautillé, ricochet. Nació con una contrariedad genética que le facilitó una elasticidad fuera de lo común en las articulaciones de brazos y manos, lo cual le permitía jugar excepcionalmente con las cuerdas del violín en el logro de pasajes ejecutados con una velocidad sorprendente.

Su técnica tuvo influjo en notables compositores: Franz Liszt, Johannes Brahms, Serguéi Rachmaninov, Boris Blacher, Andrew Lloyd Webber, George Rochberg, Witold Lutosławski, Yngwie Malmsteen y Rober Fripp entre otros. Los dones técnicos de Paganini llevaron a muchos a la creencia de que había hecho un pacto con el diablo. A los 25 años, en plenitud de sus facultades, los cronistas de la época lo describen así: “Alto, delgado, bien parecido, ‘típico italiano’, cuerpo flexible, rostro magnético y expresión enigmática”. Años después se convierte en la Leyenda negra del romanticismo musical.

Conciertos para violín números 1-6 (1815 – 1830): la música y el canto avanzan llevados de la mano en un estilo integrado a los esquemas del bel canto operístico muy popular en Italia en aquellos años. Pero, todo lo que componía Paganini era para ser ejecutado por él. No fue hasta que Yehudi Menuhin glosó el Concierto en re mayor que varios solistas desempolvaron otros conciertos: el Segundo, Quinto y Sexto fueron orquestados por Federico Mompellio. Destacan las ejecuciones de los 6 conciertos por Salvatore Accardo, quien los interpreta con maravilloso virtuosismo en un despliegue de sugestivo calor italiano y enérgica expresividad.

Caprichos o la presentación de nuevos criterios para tocar el violín: 24 piezas, pequeñas obras maestras, que exploran distintos aspectos de la técnica del violín, y todas juntas representan un compendio casi completo de las posibilidades del instrumento. El más popular (el número 24) está sustentado en una serie de variaciones sobre un motivo melódico imperioso que sirvió de estímulo a los compositores Brahms y Rachmaninov. Las brujas: obra basada en una melodía de Franz Xaver Süssmayer donde Niccolò Paganini crea una suerte de vibratorio altozano orquestal excitante y asombroso. / La Primavera se ensancha con las frondas de Paganini.

Portada "24 Caprichos / Paganini" ı Foto: Especial

24 Caprichos / Paganini

  • Artista: María Dueñas 
  • Género: Instrumental 
  • Sello: Grammophon    
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