Cumpliendo con las normas establecidas, desde Palacio Nacional, se envía el mensaje de confianza en el proyecto económico del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, porque a pesar de lo que digan todos los analistas económicos y las firmas a las que pertenecen se ponen en el documento de Precriterios 2026 presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público números positivos. El Congreso de la Unión ya tiene ese texto que establece las directrices económicas y fiscales, con un enfoque en el crecimiento sostenido, el fortalecimiento del consumo interno, la inversión en infraestructura y un manejo responsable de la deuda pública. La estrategia busca consolidar una economía resiliente que pueda enfrentar los retos del entorno global, garantizando al mismo tiempo una transición fiscal ordenada. Eso sí, se deja claro que los programas sociales seguirán siendo un pilar para proteger a la población más vulnerable frente a choques económicos, así textualmente.
Quizá pensando en el panorama complejo que pudiera venir para nuestro país, no se dejarán de dar esas becas para población vulnerable. El crecimiento económico proyectado para 2025 se encuentra en un rango de 1.5% a 2.3%, mientras que para 2026 se estima entre 1.5% y 2.5%, reflejando un ritmo de expansión moderado pero constante. Este crecimiento será impulsado principalmente por el consumo privado, que seguirá fortaleciéndose debido a la estabilidad en el empleo y el acceso al crédito. La inversión en infraestructura jugará un papel crucial en la reactivación económica, con especial atención en proyectos estratégicos que fomenten la integración de México en las cadenas de valor globales. Se presume la creación de 100 parques industriales en sectores clave, con el objetivo de atraer inversión extranjera y fomentar el desarrollo económico regional a través del nearshoring. Donde quizá aquí se contemple el impulso al Plan México, a lo que está haciendo el Consejo Coordinador Empresarial, su mejor aliado en este momento.
El panorama fiscal presenta una estrategia de ajuste gradual para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Se prevé una reducción progresiva del déficit fiscal, con los Requerimientos Financieros del Sector Público disminuyendo de un rango de 3.9%-4.0% del PIB en 2025 a 3.2%-3.5% en 2026. Este ajuste permitirá reducir el nivel de deuda pública en el mediano plazo sin afectar el gasto en programas sociales y en infraestructura. Además, el financiamiento del sector público se enfocará en emisiones de deuda en moneda local, con tasas fijas y plazos largos, minimizando así la exposición a la volatilidad de los mercados internacionales. Se conocerán más detalles sobre esto porque justamente es un punto que preocupa a las firmas calificadoras.

Magnicharters, de pena
La inflación, uno de los indicadores clave para la estabilidad económica, se proyecta en un 3.5% para 2025 y en 3.0% para 2026, en línea con los objetivos del Banco de México.
En cuanto al tipo de cambio, se espera que se mantenga estable, con un estimado de 20 pesos por dólar en 2025 y 19.7 en 2026, lo que refleja confianza en la moneda nacional y un menor nivel de presiones inflacionarias externas. Asimismo, las tasas de interés, particularmente los Cetes a 28 días, se proyectan en un 8.0% en 2025 y en un 7.0% en 2026, en un contexto de menores presiones inflacionarias y una política monetaria más flexible a nivel global. En el panorama internacional hay el inicio de una guerra comercial y arancelaria que pudiera afectar las decisiones que se dan pero que se tiene que enviar un mensaje de confianza y solidez en la economía mexicana.
Y es verdad que México cuenta con una serie de mecanismos de protección económica que garantizan su estabilidad frente a posibles choques externos. Entre estos destacan los fondos de estabilización, líneas de crédito con organismos internacionales y coberturas financieras diseñadas para mitigar riesgos derivados de factores globales como fluctuaciones en los precios de los energéticos o tensiones geopolíticas. Además, el sistema financiero del país mantiene niveles de capitalización y liquidez superiores a los estándares internacionales, lo que refuerza su capacidad para afrontar posibles crisis económicas.
El documento de Precriterios 2026 refleja una estrategia de estabilidad fiscal con una visión de crecimiento moderado pero sostenido. La combinación de una política fiscal prudente con inversiones estratégicas en infraestructura y el fortalecimiento del consumo interno permitirá consolidar la competitividad de México y generar condiciones favorables para un desarrollo económico equilibrado. No se deja claro lo que trascendía sobre impulsar una Reforma Fiscal. A pesar del contexto global incierto, hoy se garantiza su estabilidad macroeconómica y le permiten avanzar con seguridad en la senda del crecimiento sostenido. Veremos el alcance de este documento.
Voz en off. Cemex confirma que Jaime Muguiro Domínguez inició su gestión como director general de la compañía. Su nombramiento marca el inicio de una nueva etapa enfocada en maximizar el rendimiento para los accionistas y ofrecer soluciones de alto valor en el sector de la construcción. Muguiro Domínguez sustituye en el cargo a Fernando González Olivieri, quien se retira tras una trayectoria de más de 35 años en la empresa. Con una carrera de casi tres décadas en Cemex, el nuevo director general ha ocupado posiciones clave en áreas como Planeación Estratégica, Desarrollo de Negocios y Recursos Humanos, además de haber liderado operaciones en diversas regiones, incluyendo el Mediterráneo, América del Sur, Central y el Caribe, y recientemente en Estados Unidos.
Bajo su liderazgo en el mercado estadounidense, Cemex fortaleció su presencia y consolidó su estrategia de crecimiento en un entorno altamente competitivo. Muguiro Domínguez asume el reto de impulsar la eficiencia operativa y reforzar la posición de Cemex como un socio estratégico en la industria de la construcción…

