ENFOQUE MANUAL

La primera imagen del Papa León XIV

Laura Garza<br>*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.<br>
Laura Garza*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: larazondemexico

El día de ayer el Vaticano anunció el nombramiento oficial del Cardenal Robert Francis Prevost de 69 años, estadounidense y que fue obispo en Perú, acercándolo a LatinoAmérica.

Eligió llamarse León XIV, un misionero con doble nacionalidad: estadounidense y peruano. 

La tarde del jueves en la plaza de San Pedro se llenó de hombres, mujeres, niños, hermanas y sacerdotes para esperar con ansias la fumata blanca tras una elección fructífera del Cónclave la pudieron ver alrededor de sus 18:00hrs y entonces estallar en alegría y mayor expectativa de conocer el nombre y la nacionalidad del nuevo representante de la Iglesia Católica ante el mundo. 

No podemos negar que la expectativa como católico es mucha, que el nerviosismo nos corroe en cualquier parte del mundo. Aunque hay que admitir que, al ver las banderas de México y la imagen de la Virgen de Guadalupe entre la gente, también nos hace sentirnos parte de la emoción tumultuosa.

Las miradas sin parpadear mucho hacia la ventana del balcón central de la Basílica de San Pedro en donde sería presentado. Los gritos subían y los cuerpos que se aglutinaban cada vez más conforme pasaba el tiempo. De pronto las cortinas blancas se movieron un poco, entonces la agitación de todos allí al ras del piso y también en las transmisiones por televisión, pero no pasaba nada, seguíamos atentos.

De pronto aparecen las autoridades definidas para este protocolo, y después la pronunciación del nombre: Robert Francis Prevot quien decidió llamarse León XIV, y entonces el estallido de algarabía. 

Pero allí no es la cúspide de las emociones, porque entonces vinieron cuestionamientos ¿es estadounidense? ¿es peruano? ¡Pero era cercano al Papa Francisco! ¿Tendremos Papa norteamericano? Y de pronto aparece el sucesor de Francisco.

Ataviado con la sotana blanca, muceta, la estola y la cruz dorada, la tradición que el Papa Francisco decidió no utilizar. 

Me quedo con la segunda imagen de la transmisión oficial del Vaticano en su salida al Balcón y ver a la gente en la plaza de San Pedro.

Dio el primer paso serio, intentando ser controlado ante el nombramiento, pero después sonrió, pasó saliva (se pudo ver claramente) y sus ojos brillaban.

Se mostró nervioso, humilde, sencillo y cercano a la gente a través de su sonrisa y emoción que podía traslapar la pantalla. 

Eso cuenta mucho, y podría decirlo que en cualquier nombramiento de poder. El cómo apareces, el cómo se controla el ego y la arrogancia, por supuesto en las religiones cuenta mucho más. 

El nombramiento de un Papa siempre tiene todas las miradas, pero creo que esa primera impresión, principalmente a los católicos nos atrapa o nos aquieta. 

El nombramiento del Papa Benedicto fue uno de los segundos, no transmitió esa “magia” en el primer encuentro, a diferencia del Papa Francisco. Personalmente, hoy tenía esa duda, pero esa primera imagen de el Papa León XIV me provocó una sonrisa, y paz.

Misma palabra “paz” que repitió en distintas ocasiones en su discurso. 

La primera impresión nunca se olvida y es la más importante, y un acto como el de hoy lo avala. 

El Papa León XIV
El Papa León XIV ı Foto: Vatican Media
Temas: