A propósito del Día de la Madre, hace 3 años, un grupo de amigos celebrábamos a Cecilia Monzón por su cumpleaños. Fue una espléndida tarde de mayo de 2022, una larga charla, muy amena, con buenas carcajadas. No podíamos imaginar que nos estábamos despidiendo de ella.
Tan sólo unos días después, un par de sicarios en una motocicleta acabaron con su vida, un ya fatídico 21 de mayo de 2022. A miles de kilómetros de México, Helena Monzón, se encontraba en un estadio de Turín, cuando recibió la llamada que le cambiaría por completo la vida: su hermana Cecilia, había sido asesinada a tiros en México.
A principios del siglo, la familia se mudó a España, siendo Helena una niña, de padre español. Con el tiempo, se hizo abogada en una de las universidades más prestigiadas de España, el ESADE, donde además pudo estudiar en Cornell, Estados Unidos, y más tarde hasta en China. Después de ello se especializó en derecho del deporte y en laboral. Hasta aquel día, Helena era una profesionista totalmente dedicada a su carrera. Incluso se hizo con el premio a jóvenes laboralistas, del Foro Español de Laboralistas (FORELAB).
Magnicharters, de pena
De golpe, su vida cambió de una aficionada más en la Champions femenina en Turín, a la responsabilidad de cuidar al hijo de Cecilia, y además tener que seguir la investigación por el homicidio de su hermana y posterior juicio desde España. Enfrente se ha topado con una enorme maquinaria de dilación e insultos amenazantes, persecuciones no sólo en coche, sino también desde las redes sociales, generados como una orquesta por cuentas anónimas.
Mantener el juicio a flote, con sus responsabilidades profesionales, más el gasto de viajes y de manutención del pequeño ha requerido un gran esfuerzo familiar, han sido tres largos años, de un sinfín de estrategias dilatorias y temerarias realizadas por quien las autoridades señalan como responsable intelectual, el excandidato a gobernador Javier López Zavala. Un hombre poderoso en Puebla, exsecretario de gobierno con el “góber precioso”.
Han hecho de todo, ausencias, no regresar expedientes, gripas, dolores de cabeza, cambios de defensa, filtraciones en redes para tratar de presentar falsedades sobre lo que sucede en el caso, además por supuesto que, autores intelectuales, sicario y chofer tienen cambios de defensa cada que va mal la cosa.
Es tanta la dilación y la temeridad con que se han conducido, que incluso desde el Gobierno federal, a través de la secretaria Citlalli Hernández, ya les mandaron a decir que están “pendientes del caso”, es decir, que los están viendo desde la Ciudad de México. De igual manera el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno Español se mantiene muy pendiente, y cada vez con más extrañamientos al respecto.
Lo cierto es que la temeridad con que se manejan es propia de quienes están acostumbrados a enlodar lo que tocan, con todo tipo de perversiones y complicidades las mismas que utilizaron contra la propia Cecilia Monzón cuando intentaba acceder a la justicia para protegerse del presunto autor intelectual de su feminicidio. Parece ser que la crisis de López Zavala es tal, que ha comenzado a bombardear con una serie de pasquines, sin orden, pronunciamientos dispersos anónimos y de terceros, intentos de “cerrar filas” en torno a él; cosa que claramente no ha logrado y en la cual cada vez, más de quienes se decían sus cercanos prefieren estar alejados, incluso algunos sólo “sopean” a su defensa para hundirlo más. Su entorno se muestra cada vez más desestabilizado, mientras las tácticas dilatorias siguen alzando más las cejas de actores internacionales, cuyas referencias ven en Puebla, un auténtico Edén de la falta de Estado de derecho y Helena y su familia y las mujeres de México siguen esperando justicia para Cecilia Monzón.
