En sólo 5 días se expuso en México la gran vulnerabilidad de la vida de aquéllos que viven, trabajan o están cerca del poder y también la de aquéllos que investigan y denuncian la corrupción del poder.
Mayo de 2025 se perfila como el mes más violento del año en México. En los primeros 15 días fueron asesinadas 904 personas. 56 muertos por día y contando…
Esta semana que termina ha sido de las más complicadas en el mandato de Claudia Sheinbaum y posiblemente de lo que lleva el gobierno de la Cuarta Transformación en el poder.

Importante reconocimiento a la SHCP
Sobre todo para la administración de la Jefa del Gobierno capitalino, Clara Brugada, porque la muerte violenta de dos funcionarios de perfil bajo pero de alta confianza, sacude el piso a muchos pies.
Recorriendo la semana cronológicamente, el Gobierno de México no ha tenido espacio para asomar la cabeza lejos de contener un escándalo tras otro.
Empezando con la muerte de los dos jóvenes marinos en el emblemático buque escuela Cuauhtémoc, que impactó en el puente de Brooklyn en Nueva York —con el mundo entero de testigo—, en un hecho sin precedentes y aún sin explicación, es tan difícil de asimilar como el dolor de las familias que desde las pantallas vieron a sus muchachos morir.
24 horas después, en México se exhibió a detalle, con nombres y apellidos, la corrupción del poder político en Tamaulipas —a días de la elección judicial—, que presuntamente mediante un “convenio entre instituciones”, pretendió intimidar y censurar la labor periodística de Héctor de Mauleón y el periódico El Universal.

Un día después de eso, vendría desde el poder legislativo el momento más humillante e inquisidor del que el Senado de la República tenga memoria, protagonizado por el presidente de la Cámara alta, Gerardo Fernández Noroña.
Disfrazándolo de “acuerdo”, el senador obligó a un ciudadano a pedirle disculpas frente a cámaras y micrófonos, por haberlo increpado en un lugar público en septiembre pasado.
Un hecho indignante y profundamente amenazante para una sociedad mexicana que así va viendo diluirse sus derechos humanos y de expresión, bajo el mazo aplastante de cualquier político rencoroso, con poder y sin pudor.
Al día siguiente de eso, el más fatídico de todos, llegó el asesinato cobarde de los dos funcionarios de mayor confianza de la Jefa del Gobierno capitalino.
Ximena Guzmán y José Muñoz fueron la paloma mensajera del siniestro mensaje que activó un francotirador profesional, con balazos certeros y en horario preciso.
La noticia casi en tiempo real, rebasó con mucho cualquier otro inesperado momento de la mañanera presidencial, que justo en ese instante hablaba de Paz y Seguridad con la presencia del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, y el comandante de la Guardia Nacional, Hernán Cortés Hernández.
Todos reunidos en un mismo lugar, siendo por un momento espectadores lejanos de lo entonces ya irremediable.
El ataque fue planeado y activado por profesionales que usaron “recursos considerables, humanos, logísticos y materiales”, arrojó el primer informe de la Fiscalía de la Ciudad de México.
Aquí nada de “asesino solitario”, hasta ahora son cuatro los delincuentes involucrados, que pudieron vigilar por días cada movimiento de sus víctimas, hasta matarlos.
Ximena y José vivían como cualquier ciudadano, sin coches blindados ni personal de seguridad. Eran profesionistas que empezaban muy temprano a trabajar, con un gran compromiso por el proyecto en el que creían y que desde sus trincheras ayudaron a construir.
Por eso, su muerte a tantos nos dejó este sabor amargo, a metal, este frío en el cuello que genera la incertidumbre, el miedo, esta sensación permanente de inseguridad…
Lo muy malo es que al paso de los días, los dichos de algunos funcionarios de ese mismo gobierno se fueron desviando, sobre dónde había que colocar a las víctimas de este terrible episodio en la historia de la Cuarta Transformación.
Un peligroso discurso que quiere hacer de los asesinados a sangre fría, unos “niños héroes” contemporáneos, para destacar la estrategia de combate al crimen organizado en la capital.
Resulta miserable que alguien pretenda convertir semejante tragedia en una herramienta más de su doctrina. Porque no es igual “dar la vida por la patria” por voluntad, que ser ejecutados por criminales. ¡No se confundan!
Pero esta semana también, la organización Artículo 19 denunció y exigió protección para la periodista Adela Navarro, la valiente Directora del Semanario Zeta de Tijuana, quien desde abril ha recibido al menos ocho amenazas, consecuencia de su trabajo.
Estamos viviendo tiempos violentos muy complicados, que con los días han ido subiendo de tono.
Ya es inocultable que sentimos al criminal inescrupuloso cada vez más cerca, en esta oscuridad que se expande, incluso con la luz del día y casi lo podemos tocar…

