DESDE LAS CLOACAS

¿Qué quiere la CNTE?

El Duende. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
El Duende. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Al grito de “el paro, el paro es culpa del Estado, si no hay solución, aquí será el plantón”, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación desquiciaron el pasado viernes las Terminales 1 y 2 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México y de paso, decenas de vialidades en toda la capital.

Durante la campaña presidencial de López Obrador y a lo largo de toda su administración, el tabasqueño tuvo en la CNTE a un aliado que desde un principio le garantizó apoyos seguros y le otorgó millones de votos en la elección de 2018.

Lo anterior a cambio de promesas y pactos que el entonces mandatario acordó con el magisterio, con tal de que todo ese gremio se mantuviera del lado del partido en el poder durante su sexenio y que en algún momento, al acercarse la sucesión, los pudiera ocupar como moneda de cambio.

¿Qué se le prometió a la CNTE?

¿Qué incluía ese pacto?

Entre otras cosas, la reinstalación de más de mil maestros que habían sido cesados, el control total de las plazas docentes, jubilaciones anticipadas, condonación de deudas, regresar al antiguo sistema de pensiones —que no utilizaba Afores— y, por supuesto, la derogación de la Reforma Educativa impulsada por Peña Nieto.

Durante años, la CNTE fue apoyo de la 4T, el problema fue que se le permitió todo, se le apapachó, se le consintió de más, se le dieron todos los privilegios y, cuando el régimen quiso dialogar con la disidencia para cerrar filas y llegar a acuerdos ¡toma tomate!

Desconocieron a todos, incluso a secretarios de Estado como Mario Delgado, de la SEP, y Rosa Icela Rodríguez, de Gobernación, exigiendo hablar directo con la Presidenta Claudia Sheinbaum e incluso bloqueando los accesos a su conferencia mañanera.

Esto, vaya que molestó a la doctora, sobre todo, porque ya se tenía agendada una reunión con los maestros para ese mismo día, pero después del zafarrancho la canceló y dijo que para qué los recibía.

El hecho no pasó desapercibido, fue la primera vez que la conferencia mañanera se hizo con periodistas preguntando vía Zoom, porque no los dejaron ingresar a Palacio Nacional. Incluso a varios reporteros propagandistas del gobierno, los golpearon a su llegada.

Algo sí quedó claro, lo que en su momento se había negociado con el entonces inquilino de Palacio —desde antes de su llegada al poder— se cayó. Esto se volvió un problema que no dejó de crecer durante su gobierno y se convirtió en una bomba de tiempo que le heredó a su sucesora que, dicho sea de paso, conoce perfecto las raíces del conflicto y hasta dónde puede llegar este sindicato.

Apenas, en la conmemoración del Día del Maestro, la Presidenta Sheinbaum les otorgó un aumento salarial del 9 por ciento ­—retroactivo al primero de enero— y 1 por ciento más a partir de septiembre, así como una modificación al calendario escolar para que puedan tener más vacaciones, pero no fue suficiente.

Y cuando despertaron, la CNTE aún seguía ahí, jajajaja, o como decía la abuela Dondinéa: “El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”.

¿Qué quiere la CNTE?

¿Qué busca instalando su plantón indefinido en el Zócalo? ¿Qué espera les concedan? Lo sabremos a la brevedad.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeeee!!!

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