PESOS Y CONTRAPESOS

Del empleo y el ingreso (1/2)

Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

El fin de la economía es el bienestar, que depende del empleo y el ingreso, empleo que debe ser suficiente para que todo aquel que quiera trabajar consiga trabajo, ingreso que debe ser suficiente para que todo aquel que trabaje satisfaga correctamente, por lo menos, sus necesidades básicas.

Ya tenemos los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, con los datos para abril. Con el fin de conocer la tendencia de corto plazo, comparo los datos de abril con los de marzo.

En marzo la tasa de desempleo fue 2.2% de la población económicamente activa (formada por los mayores de 15 años que buscan trabajo: si lo encuentran se vuelven población ocupada, si no lo encuentran, y siguen buscando, son población desocupada). En abril fue mayor, 2.5%, 0.3 puntos porcentuales más, el 13.64%.

En marzo la tasa de ocupación parcial y desocupación (formada por la población ocupada que trabajó menos de 15 horas a la semana más la desocupada), fue 8.2% de la población económicamente activa. En abril resultó mayor, 9.1%, 0.9 puntos porcentuales más, el 10.98%.

En marzo la tasa de presión general (formada por la población desocupada más la ocupada que busca un mejor trabajo), fue 4.9% de la población económicamente activa. En abril fue mayor, 5.3%, 0.4 puntos porcentuales más, el 8.16%.

En marzo la tasa de subocupación (formada por la población ocupada con necesidad y disposición de trabajar más, pero sin la oportunidad de hacerlo), fue 6.6% de la población ocupada. En abril fue mayor, 7.1%. 0.5 puntos porcentuales más, el 7.58%.

En marzo la tasa de condiciones críticas de ocupación (formada por la población ocupada que trabaja menos de 35 horas semanales, más quienes trabajan más de 35 horas a la semana ganando menos de un salario mínimo, más las que trabajan más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos), fue 34.1% de la población ocupada. En abril fue menor, 32.0%, 2.1 puntos porcentuales menos, el 6.16%.

En marzo la tasa de informalidad laboral (formada por quienes trabajan en negocios informales más quienes trabajan informalmente en negocios formales), fue 54.4% de la población ocupada. En abril fue mayor, 54.7%, 0.3 puntos porcentuales más, el 0.55%.

En marzo la tasa de ocupación en el sector informal (formada por quienes trabajan en negocios informales), fue 29.1% de la población ocupada. En abril fue menor, 29.0%, 0.1 puntos porcentuales menos, el 0.34%.

Por último, en marzo la tasa de trabajo asalariado (formada por quienes perciben un sueldo, salario o jornal de parte de la unidad económica para la que trabajan), fue 66.2% de la población económicamente activa. En abril fue mayor 66.8%, 0.6 puntos porcentuales más, el 0.91%.

Lo que tuvimos en abril, comparado con marzo, fueron cambios marginales, como es lo normal. En cinco casos (tasa de desempleo, tasa de ocupación parcial y desocupación, tasa de presión general, tasa de subocupación y tasa de informalidad laboral), los cambios fueron para mal. En dos (tasa de condiciones críticas de ocupación y tasa de ocupación en el sector informal), fueron para bien.

Lo mejor: la baja de la tasa de condiciones críticas de ocupación de 34.1% a 32%, reducción del 6.16%. Lo peor: el aumento en la tasa de desocupación de 2.2% a 2.5%, incremento del 13.64%.

Continuará.

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón