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La traductora, docente, narradora y crítica literaria Nora de la Cruz (Estados de México, 1983) publica Duerme, cicatriz (Tusquets, 2025): novela que aborda una historia de crecimiento en el transcurrir imperioso del paso de ser niña a adulta sin mayores trámites. Una mujer de casi cuarenta años está embarazada por primera vez. La protagonista atraviesa el periplo de la seguridad social mientras la invaden recuerdos de algunas circunstancias de su vida que fueron determinantes en su formación: el amor, el descubrimiento del sexo, la amistad y la presencia de un embarazo no esperado.
“Estaba pensando escribir esta novela desde hace varios años. Quería retratar episodio de la adolescencia femenina en actos propios condicionados por el machismo. Los varones adolescentes descubren a Bukowski el alcohólico romántico y solitario y se refugian en ese modelo. Quería escribir sobre los actos del crecimiento emocional de las mujeres que van de encontrar una vocación hasta la llegada de la madurez y las implicaciones que se derivan de todo ese concluyente trasiego”, dijo Nora de la Cruz a La Razón.

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¿Novela que es una suerte de mapa de coordenadas múltiples? Creo que entrego una suma de posibilidades de lecturas: un relato de formación, una reflexión sobre el cuerpo femenino o el atribulado y franco diario de una adolescente.
¿Prosa corrosiva no exenta de humor e ironía? Hay un humor que busca la empatía con los lectores. Me interesaba correr la cortina de la maternidad no romántica, quería mostrar la pujanza del carácter femenino en una situación de vulnerabilidad.
¿Flashback narrativo? La protagonista regresa a su infancia y juventud para entretejer el presente con el pasado en la presentación del inicio de la menstruación, de los romances juveniles, los vínculos con la madre, los años noventa, el rock y la música que escuchaban sus padres.
¿Solidaridad femenina? A lo largo de la novela, Lina, la protagonista siempre está abierta a los consejos de las mujeres mayores que la rodean, quienes se convierten en sus consejeras: una le indica como debe comportarse socialmente; otra, la conmina para que encuentre un novio; y una más, le enseña los secretos del acto de maquillarse. Yo pasé por esos trances: mis amigas me ayudaban a enfrentar el patriarcado ante mi incapacidad para afrontarlo. No son los hombres quienes nos ‘hacen mujeres’: son las mujeres que tenemos alrededor las que moldean nuestro espíritu, son los modelos de las diversas formas de la feminidad. Yo quería que eso fuera uno de los ejes centrales en la novela.
¿Reflexión acerca de los roles femeninos? Al final de cuenta, todas las mujeres estamos atrapadas en la misma trampa de los roles y de lo que se espera de nosotras, y un poco con lo que juega la novela es que nadie puede ganar el juego del patriarcado, ni ellos ni ellas, y en eso he querido siempre ser muy contundente y precisa. Aunque en la novela hay personajes que ceden y flaquean, la protagonista no es así: ella se mantiene firme a sus ideas, a su universo personal, a su música y es consecuente con sus obsesiones. Hay un alto precio al no respetar las convenciones y ella lo asume en la presencia del rechazo social y los cercos de la soledad.

Ficha
Duerme, cicatriz
Autora: Nora de la Cruz
Género: Novela
Editorial: Tusquets, 2025

