Redadas policiales en Los Ángeles y Nueva York contra personas residentes en Estados Unidos sin documentos o bien, nativos e hijos de migrantes, quienes reconocen y defienden lo que aporta la movilidad geográfica que es cimiento de la economía número uno del mundo.
Ayer, la Presidenta Claudia Sheinbaum fijó el posicionamiento de nuestro país ante el embate xenofóbico que opera y promueve Donald Trump, al tiempo que confirmó que viajará entre el 15 al 17 de junio a Alberta, Canadá, a la próxima Cumbre del G7, donde es probable una reunión bilateral con su homólogo estadounidense.
En el Oriente, bombardeos de las tropas israelíes matan a 14 civiles en Gaza. La escalada de violencia militar no se contiene, los llamados de la multilateralidad internacional no frenan ni hacen proporcional la respuesta de Tel Aviv a aquella atroz invasión de Hamas el 7 de octubre de 2023, en la cual asesinaron a 1 mil 189 personas en un festival musical y tomaron como rehenes a otras 251.

Sin decir mucho, mucha la diferencia
En Colombia, la violencia política regresó. Los índices de criminalidad crecen a la par de los ocurrentes discursos del presidente Gustavo Petro. El fin de semana, el senador derechista Miguel Uribe Turbay recibió al menos dos balas en la cabeza durante un mitin de su precampaña en busca de relevar a Petro el próximo año. El sicario, un menor de 15 años. El fantasma de los años oscuros colombianos acecha.
Mientras el mundo atiende problemáticas complejas, crueles y sanguinarias, acá en México, en Morena, en su podcast doméstico conducido por su presidenta, Luisa María Alcalde, el secretario de organización del movimiento, que es gobierno en los tres Poderes de la República, se hace de micrófonos y cámaras para exigir que no le llamen Andy. Proporción desmedida de la importancia del “yo”.
Para Andrés Manuel López Beltrán, su más grande orgullo (y soporte) es ser tocayo de a quien millones definen como el mejor Presidente en la historia.
Sin miedo a las comparaciones que no vienen al caso, porque la idea viene desde su corazón —y el de millones más—, el operador electoral de Morena deduce que esa manía por llamarle Andy, como hasta su padre se refiere a él, es por miedo a la fuerza cósmica que conlleva llamarle por sus dos nombres y apellidos, sin diminutivos ni abreviaturas.
Si Morena se quedó a deber en las elecciones municipales de Veracruz y Durango, desde donde el señor AMLB operó, es tema secundario, lo que destaca del conversatorio mediático morenista es la necesidad de darle apelativo de mayoría de edad al proyecto de la facción lopezobradorista, la más dura y extendida, para que Andy figure a gusto en la boleta presidencial en 2030.
Contra el conocimiento popular que relata como a toda prohibición viene una tentación por hacer justamente lo censurado, Andy nos puede recordar al excandidato priista Francisco Labastida, disparándose al pie cuando enumeró los motes que lo incordiaban. ¿Tiempos idos?
