En el anterior Pesos y Contrapesos vimos que, entre septiembre de 2023 y marzo de 2024, las inversiones directas (que producen bienes y servicios, crean empleos, generan ingresos, y contribuyen al bienestar), crecieron, en promedio mensual, 15.86%, y que un año después, entre septiembre de 2024 y marzo de 2025, decrecieron, en promedio mensual, 4.06%, algo preocupante, como también lo es el comportamiento de la compra de bienes y servicios, de la cual depende, en buena medida, el bienestar de las personas, que es el fin de la economía.
El bienestar depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios disponibles para satisfacer necesidades, comenzando por las básicas, aquellas que, de quedar insatisfechas, atentan contra la vida, la salud y la dignidad de las personas, satisfactores que hay que comprar, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual hay que generar ingreso, para lo cual hay que trabajar.
La compra de bienes y servicios es un buen indicador del consumo, que consiste en disponer de los satisfactores para, valga la redundancia, satisfacer las necesidades: primero se compra el vino, el pan y el queso, y luego se bebe el vino y se come el pan y el queso. ¿Resultado? Bienestar, que es el fin de la economía, cuyo comportamiento resulta preocupante.

Sin decir mucho, mucha la diferencia
El Indicador del Consumo Privado, del Inegi, mide la compra de bienes y servicios, de parte de las familias residentes en el país, excluyendo la adquisición de bienes inmuebles y objetos lujosos, por lo que es un buen indicador del consumo (primero se compra y luego se consume), y del bienestar (resultado del consumo, de la satisfacción de las necesidades).
En términos anuales (comparando cada mes con el mismo mes del año anterior), sumamos ya cuatro meses consecutivos, de diciembre de 2024 a marzo de 2025, con crecimiento negativo de la compra de bienes y servicios: diciembre, menos 1.1%; enero, menos 0.8%; febrero, menos 0.5%; marzo, menos 1.3%. Promedio mensual: menos 0.93%.
Para darnos una idea de lo que esto significa comparemos con el mismo periodo de un año antes, de diciembre de 2023 a marzo de 2024: diciembre, más 4.5%; enero, más 3.1%; febrero, más 5.5%; marzo, más 6.3%. Promedio mensual: más 4.85%.
En un año pasamos, en una variable tan importante para el bienestar de las personas como es la compra de bienes y servicios, de crecer 4.85% a decrecer 0.93%, lo cual, si aceptamos que el fin de la economía es el bienestar, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que se dispone para la satisfacción de las necesidades, la mayoría de los cuales hay que comprar, podemos calificar como una situación antieconómica, contraria al bienestar.
¿A qué puede deberse el decrecimiento en la compra de bienes y servicios? Parte de la respuesta la encontramos en la confianza de los consumidores, que el Inegi mide mensualmente, y que ha venido bajando. Entre diciembre de 2023 y marzo de 2024, en escala de cero a cien, la confianza de los consumidores promedió 47.05 puntos y las compras crecieron 4.85%. Un año después, entre diciembre de 2024 y marzo de 2025, el promedio fue menor, de 46.53 puntos y las compras decrecieron 0.93%. ¿Menor confianza = menor compra de bienes y servicios?
El decrecimiento en la compra de satisfactores es preocupante.
Continuará.
