TEATRO DE SOMBRAS

La bandera mexicana ondea en Los Ángeles

Guillermo Hurtado. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Guillermo Hurtado. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

La bandera es un símbolo que, por estar tan presente, a veces pierde su fuerza performativa. Se nos olvida que no es un adorno, sino que expresa un mensaje poderoso. Pudimos constatar lo anterior en el sexenio pasado cuando se dio la orden de retirar la bandera monumental del Zócalo durante las manifestaciones de la oposición. Y si nos remontamos a sucesos de varios años atrás, podemos recordar las imágenes de Manuel Camacho Solís y el Subcomandante Marcos levantando una bandera mexicana como un símbolo de las negociaciones de paz entre el Gobierno y el EZLN.

¿Qué significa que se saque la bandera mexicana en las manifestaciones que se han llevado a cabo en Los Ángeles y en otras ciudades estadounidenses en los últimos días? Hay que abordar esta cuestión con sumo cuidado, porque resulta fácil caer en posiciones superficiales y dogmáticas.

A primera vista, es un error político grave —casi infantil— exhibir la bandera de México en las manifestaciones, porque es como poner en charola de plata el argumento de los enemigos de los migrantes mexicanos. También hay que notar que hay muchas pancartas en español. Algunas dicen cosas simpáticas como “Chinga tu migra”. Otras lanzan mensajes retadores como “Nadie es ilegal en un territorio robado”.

Se diría que los manifestantes que portan la bandera mexicana se están dando un balazo en el pie. Están justificando la acusación de que son invasores del extranjero que deben ser expulsados de inmediato.

Me parece que esta manera de ver el asunto no explica correctamente lo que está sucediendo. Lo primero que habría que señalar es que no es nada nuevo que los mexicanos en Estados Unidos —sean o no ciudadanos estadounidenses— enarbolen banderas de México en sus protestas. En las fotografías de las movilizaciones encabezadas por César Chávez durante los años sesenta y setenta del siglo pasado, ya se observaban banderas mexicanas e incluso estandartes guadalupanos.

La bandera mexicana ha sido desde entonces un símbolo de lucha política de los mexicanos del otro lado de la frontera. No es un gesto de nacionalismo agresivo, no se pretende que México invada a Estados Unidos o algo por el estilo, sino que es un símbolo de identidad colectiva, un instrumento para la defensa de los derechos civiles de un grupo dentro de una sociedad plural como la de Estados Unidos.

En segundo lugar, habría que tomar en cuenta que los agentes de inmigración que están haciendo las redadas indiscriminadas en las comunidades de mexicanos llevan en sus uniformes los símbolos de Estados Unidos. La bandera de las barras y las estrellas es la que enarbolan aquellos que insisten en calificar a los inmigrantes de origen mexicano como criminales, como invasores, como enemigos. ¿Por qué deberían los mexicanos en Estados Unidos adoptar esa misma bandera en sus manifestaciones? ¿Acaso no es evidente que esa bandera es la misma que se está usando para excluirlos, para criminalizarlos, para agredirlos?

Para ponerlo de otra manera: si los mexicanos en Estados Unidos sacan la bandera de México es porque se han sentido injustamente excluidos de lo que significa la otra bandera, la de las barras y las estrellas.

La bandera mexicana es un símbolo del orgullo de los mexicanos en Estados Unidos. Es una manera de decir: aquí estamos y no nos avergonzamos de ser mexicanos o de tener origen mexicano.

Es importante subrayar que lo anterior no significa que, en otras circunstancias, esos mismos mexicanos del otro lado no sean capaces de sacrificar sus vidas por la bandera de Estados Unidos. Muchos miles de mexicanos han peleado en el ejército de Estados Unidos y lo han hecho con pleno convencimiento. En 2021 el 16% de los militares en activo del ejército de Estados Unidos eran de origen mexicano.

En resumen: para los mexicanos en Estados Unidos no hay contradicción alguna entre ondear la bandera de México en algunas circunstancias y la bandera de Estados Unidos en otras circunstancias. Las dos manifestaciones no son excluyentes.

Lo mismo se puede decir de otros ciudadanos estadounidenses que, en diversas ocasiones, ya sea para celebrar o para protestar, salen a las calles con banderas de otros países, como las de Irlanda, Italia o, más recientemente, Israel.

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