Mucho futbol, muchas ópticas y diversas discusiones nos sigue regalando el innovador Mundial de Clubes que Gianni Infantino manufacturó para este verano.
Desde lo deportivo, con los diferentes análisis sobre el nivel que las ligas europeas presentan en comparación con las de América del Sur, la MLS o la sorprendente liga de Arabia Saudita que hoy tiene a un representante en cuartos de final. Diferentes modelos, una misma pasión, pero también ha salido a discusión el tema de la explotación del futbol, el cada vez más escaso descanso de los protagonistas de la cancha o que se plantee que Estados Unidos sea sede fija de este torneo desde el aspecto comercial.
Con todos esos elementos sobre el tablero de césped híbrido, es inevitable no recordar la mirada de un gran fanático del futbol, que en sus tiempos en los que no soñaba con anotar golazos en el Centenario o Maracaná, decidía escribir: Eduardo Galeano. En entre sus obras está Las venas abiertas de América Latina, libro que tuvo mucha popularidad desde su publicación en 1971 y cuyo contenido describía la realidad económica-política de los países latinoamericanos que padecían por los saqueos históricos llevados a cabo por los grandes imperios europeos y claro, Estados Unidos.
Hoy sería interesante escuchar o leer la opinión de Galeano, quien nunca ocultó su pasión por el futbol y retrató de manera magistral en su libro Futbol a sol y sombra. ¿Se negaría a seguir un torneo realizado bajo la poderosa infraestructura de los Estados Unidos de América? Tal vez estaría festejando que el futbol brasileño, ése que se nutre de las favelas más pobres de Brasil se haya plantado cara a cara con las grandes potencias europeas. Criticaría la explotación de los futbolistas que parecen condenados a no descansar y que los clubes europeos siguen “saqueando” los recursos naturales de Argentina o Uruguay, motivo por el cual sus ligas locales lucen desnutridas ante un Real Madrid o Bayern Múnich.
Muchos estarían de acuerdo, otros más, en desacuerdo. Otra discusión sin final como quién es más grande Pelé o Maradona. Lo cierto es que en estas discusiones se encierran verdades y planteamientos que vale la pena seguir discutiendo en busca de un equilibrio más justo para todos. Voces incluso de futbolistas de la talla de Raphinha, del Barcelona, quien criticó que los futbolistas no tienen opción y deben jugar sí o sí, y que toda persona tiene derecho a tener al menos tres semanas de vacaciones. En ese sentido, otros futbolistas que están participando, creen que los sueldos de los futbolistas, cada vez más altos, deben surgir de algún lado, por dicho motivo hay más partidos.
Ahora, desde la visión del aficionado plenamente del futbol, el torneo sigue regalando grandes juegos de futbol y los clubes europeos no han tenido un camino nada fácil. Los cruces en cuartos de final tienen a cinco clubes de UEFA, a dos brasileños que buscarán una semicarioca y a la gran revelación del torneo, el Al-Hilal de Arabia Saudita.
El Monterrey, el representante de la Liga MX, se despidió con una gran actuación ante el Borussia Dortmund rozando el empate con una cabeza de su figura, en el minuto “noventa y ramos”. El balance del torneo ha sido muy positivo y quedará en manos de Infantino y la FIFA tomar en cuenta todas las opiniones para que el torneo pueda envejecer y no sea un invento exprés como otras competencias que en nada enriquecen al futbol.