GENTE DETRÁS DEL DINERO

La censura de los inocentes

Mauricio Flores. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

En una desesperada gira de medios para negar que la llamada “Ley Censura” contenida en la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones no es una Ley Censura, el jefe de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, José Peña Merino, se contradijo en el mismo grupo radial —Radio Fórmula— con el senador neomorenista Javier Corral: uno dijo que la iniciativa de ley “no se modificó ni una coma en su aprobación (ante Joaquín López Dóriga), y el otro que la oposición partidista no reconoce los cambios hechos a la ley (ante José Cárdenas); pero el articulo 10 de la nueva legislación, fracción XXXII, establece los parámetros de la ley censura.

Dice, a la letra, que a la nueva Comisión de Regulación de Telecomunicaciones le corresponde “Imponer sanciones por infracciones a las disposiciones legales, reglamentarias o administrativas; o por incumplimiento a lo dispuesto en las concesiones, autorizaciones y títulos habilitantes o a las resoluciones, medidas, lineamientos o disposiciones emitidas por la Comisión; dictar medidas precautorias y declarar, en su caso, la pérdida de bienes, instalaciones y equipos en beneficio de la Nación”.

¿Así o más claro?

Como aún no queda, habrá que recordar el artículo 208 fracción IV, que reza que de las atribuciones del nuevo organismo está “ordenar la suspensión precautoria de las transmisiones que violen las normas previstas en esta Ley en las materias a que se refieren las fracciones II y III, previo apercibimiento”.

En anteriores leyes de telecom no se estableció nada parecido de sanciones.

Lo que se estableció en las legislaturas del régimen: “Ordenar la suspensión precautoria de las transmisiones que violen las normas previstas en esta Ley en las materias a que se refieren las fracciones II y III, previo apercibimiento”

Para curarse en salud, el gobierno federal señala que las sanciones serán “Ordenar la suspensión precautoria de las transmisiones que violen las normas previstas en esta Ley en las materias a que se refieren las fracciones II y III, previo apercibimiento”.

Creo que ya quedó claro: a través de la “defensa de las audiencias”, conforme marquen los grupos de reacción digital oficiales (como las de Jesús Ramírez Cuevas) y lo que requiere en difusión el indefenso gobierno federal, la Ley Censura podrá actuar a, simuladamente, “favor” de los “sin opinión”, de comunidades indígenas o de preferencias sexuales no consideradas por las emisoras de radio y televisión… y lo podrá hacer Peña Merino y Javier Corral porque no existe en su Ley un solo parámetro para definir qué significa una violación a la ley, pero se reservan toda la manga ancha para acusar a la ciudadanía de tomar una decisión libre.

Los artículos subsiguientes —215 al 2019 e incluyendo los 78 a 80— sugieren mecanismos propios de cooptación política a lo que defina la autoridad central.

¡Vaya, la 4T parece arribar a su sueño de control político!

Las transas del Metanol. La Planta de Metanol más grande del mundo enfocada hacia Topolobampo, en Sinaloa, podría esconder obscuros secretos.

Y es que el Municipio de Ahome será la sede de “Pacífico Mexinol”, un proyecto energético para la producción de metanol mediante el aprovechamiento de aguas residuales. Con una inversión anunciada de 3,300 millones de dólares, pretende ser el desarrollo más ambicioso en su tipo a nivel mundial.

La firma Transition Industries, encargada del proyecto “Pacífico Mexinol”, trabaja en conjunto con la Corporación Financiera Internacional (IFC).

Y es que fuentes sospechan que podrían existir actos fraudulentos en la obtención de los terrenos en los que se pretende instalar las tuberías por las que se trasladaría el metanol producido en la planta.

Este asunto es de los tantos que impacta al “Hecho en México”, que lleva Altagracia Gómez.

AICM, fusión y expansión. Desde el pasado lunes entró en vigor la fusión del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) —ambos dirigidos por el Almirante Juan José Padilla Olmos— y Servicios Aeroportuarios de la Ciudad de México (SACM).

La entidad fusionante que subsiste es el AICM, asumiendo la totalidad de los derechos y obligaciones que le correspondían a GACM y SACM para todos los efectos legales.

Y con miras a una mayor integración productiva, el AICM trabaja junto con el Aeropuerto Internacional de Toluca, que dirige el Almirante José Carlos Vera Vidal, así como con el Aeropuerto Internacional de Cuernavaca, al mando del Almirante Salvador Cuéllar Hernández: se busca relanzar el aeropuerto de Cuernavaca con vuelos de pasajeros en tres rutas hacia finales de año que operarán Viva Aerobús, que conduce Juan Carlos Zuazua, y Volaris, al mando de Enrique Beltranena… y además, como informó el secretario de desarrollo económico de Morelos, Víctor Sánchez Trujillo, el gobierno de Margarita González Saravia plantea desarrollar un puerto interior en las inmediaciones del aeropuerto estatal para retomar el movimiento de carga y procesos industriales.

Ya le cuento

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