Margarita, una mujer de 28 años, fue asesinada al igual que sus tres hijas, unas gemelas de 11 años y otra de 9 años.
Las chiquitas presentaban violencia física y heridas por disparo de arma de fuego.
Primero se encontró el cuerpo de la madre el pasado 4 de julio, en un tramo de la carretera que conecta a Hermosillo con Bahía de Kino. Un día después, en un terreno agrícola, encontraron los cuerpos de las tres hermanas abrazadas bajo la sombra de un árbol, cerca de la comunidad Miguel Alemán, en Hermosillo.
No las encontraron las autoridades, fue el colectivo Buscadoras por la Paz, quienes localizaron los cuerpos. Los integrantes del colectivo cuentan que recibieron una llamada anónima y que, a partir de ello, comenzaron con la búsqueda y así dieron con las niñas asesinadas.
La ex pareja de Margarita ha sido señalada como el presunto multiasesino, es Jesús Antonio “N”, según las autoridades se dedicaba al tráfico de drogas y forma parte del grupo criminal Los Salazar, un brazo armado del Cártel de Sinaloa que opera en Sonora.
Por ahora, Antonio permanece en prisión vinculado a proceso.
Las autoridades han dicho que este sujeto había llevado a Margarita con sus tres hijas a la playa en Bahía de Kino y, al regresar a Hermosillo, tuvieron una discusión y él se desvió de la carretera y las asesinó.
La fiscalía de Sonora señaló que Jesús “N” bromeaba constantemente con que mataría a Margarita para cobrar un seguro de vida a su nombre por 300 mil pesos, hasta el momento este tema no ha sido vinculado de forma oficial como el móvil del crimen.
BUSCADORAS HICIERON EL REPORTE
Lo que está pasando en México es gravísimo, el asesinato de Margarita y sus hijas no es un hecho aislado. Tan sólo en lo que va del 2025, a nivel nacional, el reporte es de 570 homicidios de niñas, niños y adolescentes, son datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Los asesinatos de menores aumentan, en mayo pasado, Badiraguato, Sinaloa, fue el epicentro de otra tragedia. En un enfrentamiento entre civiles armados y fuerzas de seguridad, dos pequeñas de 7 y 11 años, quedaron entre las balas y murieron.
Y en enero pasado, otros dos menores de edad fueron alcanzados por disparos de armas de fuego durante un enfrentamiento en Culiacán, Sinaloa, quienes fueron interceptados por un grupo armado que les disparó en varias ocasiones, el padre de los menores también murió.
Los casos de los pequeños acapararon los reflectores por varias semanas, pero la disputa que mantienen las facciones de Los Chapitos y La Mayiza en Sinaloa ha dejado como saldo a 50 niños y niñas asesinados desde septiembre del año pasado, cuando se agudizaron los enfrentamientos.
Muchos asesinatos se dan en el entorno familiar, y muchos de los asesinos forman parte de estos grupos criminales como en el caso del asesino de Margarita y sus tres hijas.
Los homicidios de menores de edad demuestran que el Estado está fallando en la protección a los menores de edad. No existe una protección integral para la infancia en México.
Si vemos que tan sólo en este 2025 han sido asesinados 570 niños, y repito el dato porque me parece escalofriante, hay otro dato referente a la infancia que también es desgarrador, la violencia sexual a la que muchas pequeñas son expuestas.
Y es que los matrimonios infantiles no han sido frenados en nuestro país. Datos oficiales indican que en México surgieron más de 10 mil nacimientos en 2023 con madres de entre 10 y 14 años, esto significó 28 partos diarios, según datos del Subsistema de Información sobre Nacimientos (SINAC).
Estamos hablando de niñas de entre 10 y 14 años, la gran mayoría quedaron embarazadas por abuso sexual.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Querétaro, donde una niña de 12 años fue violada por su padrastro. La menor fue obligada a parir y posteriormente separada de su bebé. Ningún funcionario fue sancionado.
Pero, además, una vez que quedan embarazadas estas chiquitas, son obligadas en muchos estados de la república a tener a las criaturas.
Organismos como Amnistía Internacional, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el movimiento Niñas, No Madres han documentado decenas de casos donde menores de edad fueron obligadas a continuar con embarazos producto
de violación, sin acceso real a la interrupción legal del embarazo ni acompañamiento psicológico.
Nuevamente, el Estado está fallando en el cuidado de los más indefensos, los niños y las niñas mexicanas.
En 2024, la Organización de las Naciones Unidas reconoció formalmente que las maternidades impuestas a niñas deben considerarse violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, en México, aún y con las leyes federales que garantizan acceso al aborto legal en casos de violencia sexual, muchas niñas no pueden ejercer ese derecho.
México ha olvidado lo básico, generar protección a la infancia, porque la maternidad infantil es abuso y a ello se suman aquellos a quienes el crimen organizado les arrebata la vida.
Ser menor de edad se convierte en un enorme riesgo, una bala o un parto obligado les arrebata la infancia a cientos de niñas, niños y adolescentes en México.
Ésa es la sociedad que se está creando en México, estamos viendo más violencia contra los niños y las niñas de lo que ocurre en países que están en guerra.
Y es que tenemos una sociedad cada vez más violenta. Hoy los niños y las niñas no importan en México, ni siquiera tienen garantizada su educación. Total, ellos no votan.