La sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena el pasado fin de semana fue botón de muestra del choque de poderes al interior de la nueva versión del partidazo (el PRI en su bella época) convertido en Gobierno federal, local, legislativo y, ahora, judicial. El senador Adán Augusto López, bajo críticas por el caso de Hernán Bermúdez Requena, su Comandante H o El abuelo, encargado de la seguridad y presunto capataz regional del CJNG a través de su filial tropical La Barredora.
El poderoso secretario de Organización de Morena, Andrés Manuel López Beltrán —antes simplemente And— ausente del evento mayor de su partido y plataforma, por vacaciones. Sí, mejor descansar que encauzar los trabajos del movimiento para cubrir el país con decenas de miles de representantes para las elecciones por venir. Ajá.
El diputado, coordinador de Morena en la Cámara baja, Ricardo Monreal, con el Océano Atlántico de por medio, celebrando su libertad para festejar. Y desde Palacio Nacional la receta 4T sobre una humildad cada vez más en desuso.

Nuevo Consejo Presidencial
El rasero de los superintendentes de la 4T para decir que Felipe Calderón tuvo que ser cómplice del sentenciado García Luna, pero que su gobernador que puso a El abuelo al frente de la seguridad en Tabasco no tenía por qué saber lo que el resto del estado sospechaba, ha quedado destrozado.
El mantra del poderoso expresidente López Obrador que, para atacar a Calderón, nunca a Peña Nieto, afirmaba que no había personas más informadas en México que un Presidente y un titular de Gobernación, también se hace pedazos.
La sesión del Consejo General fue por un lado. La tensión y atención política, por el suyo. Las tribus morenas están en guerra. Los tabasqueños de Morena más célebres y encumbrados no se dan la mano.
El zacatecano diputado viajero renuncia a aspiraciones futuras. El proyecto lopezobradorista se baja del Consejo Nacional en trascendente jornada política.
Crisis evidente entre los alfiles que AMLO colocó. Imposiciones que disputan el horizonte en la historia del disque nuevo régimen.
Oportunidad para Claudia Sheinbaum de acotar a quienes prefieren ignorar la estadística posrevolucionaria nacional. Los maximatos transexenales no son viables en el sistema político mexicano.
Se intentan, pero fracasan. El más remoto duró hasta que un joven general encontró la coyuntura de una crisis estructural ocasionada por factores externos, como pretexto para dejar de compartir el poder.

