Hay quienes se preguntan si, con la imposición de aranceles de parte del gobierno estadounidense a la importación de productos extranjeros hacia los Estados Unidos, llegará a su fin el libre comercio. No, porque no hemos tenido libre comercio.
Hay libre comercio, concepto referido al comercio entre personas de distinta nacionalidad, en los países en los cuales son los consumidores, sin ninguna restricción impuesta por el gobierno, quienes, comprando o dejando de comprar, determinan la composición y el monto de las importaciones, por lo que se importa lo que los consumidores compran y en las cantidades que compran.
¿Qué limitaciones puede imponer un gobierno al comercio entre los ciudadanos de su país y los del resto del mundo? Cuatro: (i) prohibir importaciones; (ii) gravar importaciones con aranceles; (iii) imponer cuotas de importación; (iv) imponer cuotas de importación y gravar las importaciones con aranceles. Estas medidas integran el arsenal del proteccionismo, antítesis del libre comercio.

A un mes de la explosión
Hay proteccionismo en los países en los cuales el gobierno, en mayor o menor medida, determina qué se puede importar y en qué condiciones (con o sin arancel, con o sin cuotas), y qué no debe importarse, contrario a lo que los consumidores hubieran determinado en el marco del libre comercio.
El libre comercio es éticamente justo y económicamente eficaz. Es éticamente justo porque respeta el derecho a la libertad individual de los agentes económicos de cada país para establecer, con los extranjeros, las relaciones comerciales que les convengan. Es económicamente eficaz porque, gracias a que se importa lo más posible, la oferta de bienes es la mayor posible, minimizándose la escasez y maximizándose el bienestar.
Por el contrario, el proteccionismo es éticamente injusto y económicamente ineficaz. Es éticamente injusto porque no se respeta el derecho a la libertad individual de los agentes económicos de cada país para establecer, con los extranjeros, las relaciones comerciales que les convengan, mismas que el gobierno delimita. Es económicamente ineficaz porque, gracias a que no se importa lo más posible, la oferta de bienes no es la mayor posible, no minimizándose la escasez y no maximizándose el bienestar.
Partiendo del proteccionismo, con el gobierno restringiendo el comercio de sus ciudadanos con los ciudadanos del resto del mundo, ¿qué se requiere para dar paso el libre comercio? Una sola cosa: que el gobierno elimine las restricciones que impone a las relaciones comerciales de sus ciudadanos con los ciudadanos de otras naciones, eliminación que es consecuencia de la decisión unilateral del gobierno para eliminar las restricciones que impuso. El libre comercio no se negocia con alguna contraparte. El libre comercio se impone unilateralmente (otras cosa son los tratados de libre comercio, que en realidad son de comercio menos restringido por el gobierno, no de verdadero libre comercio).
Con la imposición de aranceles de parte del gobierno estadounidense, ¿llegará a su fin el libre comercio? No, porque no lo hemos tenido. Pero sí se iniciará una etapa de mayor restricción gubernamental al comercio internacional, algo éticamente injusto y económicamente ineficaz.
Continuará.

